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El diestro artemiseño Miguel Lahera logró sortear con fortuna los momentos más escabrosos para guiar a los Cazadores hacia un nuevo triunfo. Foto: Juan Moreno Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 05:45 pm

¿Reacción tardía? Puede ser. Pero no por eso deja de ser destacable la forma de jugar que demostraron en la más reciente subserie las novenas de Santiago de Cuba e Isla de la Juventud, ancladas todavía, a pesar de la rebelión, en el fondo de la tabla de posiciones de la presente Serie Nacional.

Las Avispas en sus predios y los Piratas en mares lejanos, dieron muestras de orgullo. Y por qué no, de capacidad para torcerles el camino a los grandes candidatos al trono. Por ahora ya lo probaron Industriales y Holguín, dos de los que pujan por cubrir el trayecto en zona de clasificación, pero la lista pudiera crecer en un futuro.

En el santiaguero Guillermón Moncada, los discípulos de Luis Danilo Larduet fueron los únicos que lograron pasar la escoba, y nada menos que contra los Azules capitalinos, en la nueva versión de uno de los grandes clásicos de béisbol cubano.

La tropa visitante confió en la calidad (re)demostrada en la presente temporada por el refuerzo Vicyohandri Odelín. Mas el intento de romper el cerco se evaporó con el cuadrangular de Reutilio Hurtado en el sexto capítulo. Ese imparable, el quinto que permitía el camagüeyano en el choque, no solo desdibujó la ventaja azul, sino que además sentenció los destinos del choque.

En la otra trinchera, el también «importado» Yander Guevara concretaba su apertura más notable desde que se enfundó la camiseta indómita. A pesar de permitir dos carreras en los tres innings iniciales, el diestro avileño logró completar los dos tercios del juego espaciando seis imparables rivales, recetando par de ponches y regalando un solo boleto.

Los tres tropiezos sucesivos sacaron a Industriales de la zona de privilegio y son claras señales de que el equipo no logra alcanzar la estabilidad necesaria para encarar con éxito este segundo tramo del torneo. En cambio, para la tropa santiaguera son un soplo de aire necesario, aunque a estas alturas un aterrizaje en la postemporada parezca una utopía.

En una situación muy parecida andan los Piratas pineros, pues han perdido en este segmento ese sorprendente halo ganador que hinchó sus velas durante la fase clasificatoria.

Esta vez los dirigidos por Mandy Jhonson ejecutaron un mortal asalto para poner fuera de combate a los Sabuesos holguineros en apenas siete capítulos. Ni las buenas maneras del diestro Norge Luis Ruiz, ni el esfuerzo de sus rescatistas, pudieron detener el abordaje ofensivo que ya a la altura del tercer episodio había puesto el duelo a punto de mate.

Buenas noticias para el alto mando de los filibusteros que Wilber Pérez se reencontrara con la senda del triunfo, toda vez que los principales dolores de cabeza los han generado las inconsistencias monticulares. El zurdo lanzó cinco capítulos sin sobresaltos, para firmar su séptimo éxito del campeonato.

Mientras, con una división de honores se saldó el doble programa que celebraron pinareños y artemiseños en el cuartel general de los Cazadores. A primera hora, Miguel Lahera logró sortear con fortuna los momentos más escabrosos para completar siete entradas sin apenas daños, en las que permitió cuatro hits y recetó seis ponches. Tal faena fue respaldada por un buen relevo de Yunieski Sánchez y el bateo oportuno de sus compañeros frente al refuerzo avileño Vladimir García.

Luego, los vueltabajeros tomaron desquite con Yosvani Torres, encaramado en la lomita y esculpiendo una verdadera joya de pitcheo durante sus nueve innings de actuación. Después de permitir los hits de Cepeda y Orta, que provocaron la única anotación local en la segunda entrada, el derecho pinareño mantuvo en un puño a sus rivales, permitiéndole solo un imparable más en el resto del juego. De tal forma, Torres llegó a diez victorias y se afincó como el serpentinero más exitoso del campeonato.

Para apuntalar semejante desempeño, los pativerdes hicieron sonar el madero con total soltura para subir 15 indiscutibles al pizarrón y asegurar a su favor el desenlace de la subserie.