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Lázaro Blanco ha hecho un buen aporte a los líderes matanceros. Autor: Alex Castro Publicado: 21/09/2017 | 05:45 pm

Bien le vino el descanso al equipo de Industriales, a juzgar por el par de triunfos conseguido en el cuartel de los Cazadores artemiseños nada más reanudarse la temporada beisbolera, luego de la parada por la disputa de la Serie del Caribe.

Excelente resultó la faena del diestro David Mena, permitiendo apenas dos hits a la batería rival en poco menos de seis entradas de actuación. De el resto se encargó el importado cienfueguero Lorisbel Sánchez con tres impecables innings y par de ponches, para apuntarse su primer salvado con la camisa azul.

El sureño, quien ya archivaba un triunfo en este segundo tramo, es una pieza clave en el staff de lanzadores capitalino, como lo son el resto de los tiradores llamados a filas para reforzar los ocho elencos que persisten en la lucha por el banderín.

No creo que a estas alturas alguien dude de la extrema importancia que representaba hacerse de los servicios de alguno de los mejores pitchers disponibles en la «rifa» de los refuerzos. Y la mejor prueba sigue siendo el calamitoso vuelo de las Avispas santiagueras, que archivaban antes de los duelos nocturnos de este martes un solo triunfo en diez presentaciones, y este a nombre del granmense Alberto Soto.

Esta vez los números respaldan el buen tino de Víctor Mesa a la hora de blindar su cuerpo de lanzadores. Los Cocodrilos llevaban ocho victorias en el presente segmento del certamen, y la mitad de ellas se las repartían a partes iguales dos forasteros: el granmense Lázaro Blanco y el tunero Yoelkis Cruz. A eso habría que sumarle la rayita aportada por el también Leñador Carlos Juan Viera, quien además acumula par de rescates bajo la piel de cocodrilo.

Urquiola es otro de los estrategas afortunados, toda vez que el avileño Vladimir García le ha proporcionado par de éxitos a sus tabacaleros, y fue de calidad su más reciente apertura en el duelo contra Villa Clara, el cual dejó con ventaja en el marcador. No menos importante han sido para los pativerdes los dos rescates del agramontino Yormanis Socarrás.

A los Naranjas, monarcas defensores, les está yendo muy bien con Alain Tamayo en nómina, pues el granmense suma dos éxitos y par de salvamentos. El espirituano Ismel Jiménez acumula un triunfo, pero no ha desentonado hasta ahora en ninguna de sus salidas.

Sobran los ejemplos como para reafirmar, aunque sea una verdad insoslayable, que los mejores destinos están estrechamente ligados al montículo. Y que quien haya mirado hacia otro lado, terminará pagando su osadía.

Llamada aliviante

Cuando clamé —más que escribí— por una solución para la particular «guerrita» entre el lanzador avileño Vladimir García y el villaclareño Ramón Lunar, lo hice completamente consciente de que las líneas llevaban el sentir de muchísimos aficionados preocupados por un asunto que había trascendido el ámbito estrictamente deportivo, para convertirse en un desencuentro personal.

No voy a juzgar si Vladimir tiró o no tiró el pelotazo, ni tampoco si Lunar tenía o no motivos para reaccionar. Eso hoy, dos días después de los hechos, ya no es lo más importante.

Lo fundamental ahora es hacer todo lo posible para que un incidente como ese no vuelva ocurrir. Por eso fue un alivio recibir una llamada de Higinio Vélez, director nacional de béisbol, para comunicarme que todas las medidas preventivas habían sido tomadas.

Según el directivo, desde las autoridades políticas provinciales hasta los mánagers de cada equipo involucrado han asumido la responsabilidad de cortar por lo sano algo que corría el peligro de terminar mal.

Pero lo más importante de todo, más allá del compromiso, es lograr que estos dos atletas, y todos aquellos que puedan pasar por situaciones similares, comprendan que se trata solo de divertirse jugando pelota, y de divertir a quienes ven en ellos dos estrellas de nuestro béisbol. Si lo logramos —porque todos tenemos la obligación de hacerlo— habremos ganado este juego.

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