Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La «cortesía» de Ota

El gran maestro japonés Eihachi Ota, conversa con JR sobre su segundo viaje a La Habana y el estilo Shorin Ryu Kárate Do

Autor:

José Luis López

Las artes marciales cubanas se visten de largo por estos días, con la segunda visita a La Habana del Gran Maestro japonés Eihachi Ota, noveno Dan y presidente de la Asociación Mundial del estilo Shorin Ryu Kárate Do.

Dicho estilo, con ocho siglos de historia, fue introducido en Cuba en 1997 por el profesor Ernesto Guzmán, cuarto Dan, en el dojo (instalación de entrenamiento) Kyan Chotoku, del reparto Celimar, en La Habana del Este.

Y allí, entre katas y ejercicios de toda índole, Ota, de 67 años, accedió a conversar con nuestros lectores.

—¿Por qué el destino Cuba?

—«Mi objetivo es transmitir el conocimiento de este arte marcial, de lo simple a lo más complejo, desde las edades tempranas hasta las más avanzadas. Yo analizo las solicitudes de visita que me hacen, e interpreté desde la primera vez, que la razón de los federativos cubanos no era aprender a patear y golpear, sino que ellos sabrían comunicarles a los practicantes nuestro código de cortesía, limpieza y laboriosidad».

—¿Qué hará en este regreso a La Habana?

—Impartiré clases y entrenamientos. En mi primera visita me limité a enseñar elementos básicos, pero ahora aprecio más soltura y estoy previendo una mejor comunicación. Entonces, profundizaré más en los elementos técnicos de las katas y los desplazamientos. Además, haré hincapié en la coordinación de técnicas ofensivas y defensivas, y cómo combinar pateo con golpeo. Igualmente, les enseñaré a desplazarse para cubrir más áreas, tanto de ataque como de protección, en direcciones rectas y laterales.

—¿Cuál es la mayor virtud de un practicante de Shorin Ryu Kárate Do?

—La filosofía de este arte marcial es adiestrar al hombre para que sea mejor como ser social. El aspecto del combate es secundario. No obstante, el practicante debe mostrar un perfecto equilibrio entre su preparación física y mental, con los conocimientos técnicos. Se puede aprender muchas técnicas, pero lo principal es saber aplicarlas en el momento más apropiado».

—El Shorin Ryu Kárate Do tiene 18 katas. ¿Siente preferencia por la wanshu-kata, del año 1683, que usted acaba de ejecutar por primera vez en Cuba?

—Cada kata tiene su propio espíritu, el cual tiene que ver con su creador. En esa época, no había ni cámaras fotográficas, ni internet. Por tanto, estas ejecuciones se fueron transmitiendo de generación en generación sin que se conozcan los nombres de sus autores. La del año 1683 está ubicada en el medio del programa de las 18 existentes y tiene muy buenas combinaciones. Por eso me gusta hacerla y enseñarla.

En el mes que culminó, Ota impartió sus conocimientos en escuelas de Canadá, India, y especialmente en Moscú, donde tiene más de 10 mil alumnos. En su visita de diez días a Cuba, Ota también categorizará a nuestros llamados «cintas negras», que en esta modalidad ascienden a 35.

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