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El técnico de la selección brasileña de fútbol, Dunga, concluyó el 2008 como coleccionista de reclamos y críticas de la prensa y la afición auriverde. Sin embargo, en su carpeta exhibe resultados positivos.
De la mano de Dunga, Brasil ganó en 2007 la Copa América de Venezuela y esta temporada concluyó con la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Beijing. Además, la canarinha va segunda en las eliminatorias sudamericanas, con 17 puntos, detrás de Paraguay (24). En 34 partidos como timonel, Dunga cosechó 21 victorias, nueve empates y solo cuatro derrotas.
Pero, más allá de los números, el tradicional fútbol arte y ofensivo de Brasil solo se vio durante las eliminatorias apenas por chispazos, básicamente por el talento de Kaká y Luis Fabiano.
La prensa y la afición acusan a Dunga de ser conservador, de no tener un esquema definido y de insistir en algunos nombres sin posibilidades de influir en el desempeño global del equipo.
Días atrás, el entrenador expresó: «lo que queremos es más tiempo para entrenar, pero no es posible. La realidad es lo que tenemos en las manos», dijo en referencia a los escasos períodos que ha tenido para juntar a los jugadores provenientes de Europa y trabajar con ellos.
El cierre de año fue adornado con una goleada 6-2 como local en un partido amistoso ante el Portugal de Cristiano Ronaldo, quien fue nombrado el Mejor jugador de 2008.
Dunga asumió en julio de 2006 tras el fracaso de Brasil en el Mundial de Alemania. No obstante, el romance del capitán del equipo campeón del mundo en 1994 con la afición fue breve y hoy debe matar día por día un león para seguir viviendo.
Hasta el máximo astro auriverde, el «Rey Pelé» puso su cuota al decir recientemente que no siempre a los buenos jugadores les va bien como DT. Y encima aclaró que Dunga «no fue uno de ellos».
En 2009, su primer desafío será volver a las eliminatorias jugando ante Ecuador y a mitad de año la Copa de Confederaciones en Sudáfrica. Y no tendrá mucho margen de error si quiere seguir al mando. ¿Cómo terminará la novela?
