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Aunque los años le han caído encima, el baloncesto cubano no ha perdido la autoestima, ni el carácter. Foto: Armando Hernández Dice el refrán que no se le pueden pedir peras al olmo, así que no sorprendió la abultada derrota de Cuba frente a Islas Vírgenes (78-61), durante las semifinales del Centrobasket 2008.
Los criollos estuvieron todo el tiempo debajo en el marcador, aunque en la primera mitad del partido la diferencia entre ambos equipos no fue notable (37-31). Todavía en el tercer parcial se mantuvo el suspenso (54-45), pero en el cuarto llegó el remate de los vencedores y no alcanzaron las fuerzas —ni las mañas— para evitarlo.
Allens Jemmott (10 puntos) fue el máximo anotador, pero ningún artillero de los nuestros tuvo puntería anoche. Por si fuera poco, Silvestre (cinco rebotes), Haití (4) y Elías (3), perdieron debajo del aro con Cuthbert Victor (14) y Jason Edwin (9).
De tal manera, Islas Vírgenes discutirá el título esta noche con Puerto Rico, que venció cerradamente a República Dominicana 76-74 y mantuvo su invicto. Mientras, Cuba peleará por el bronce contra los quisqueyanos.
Sin sentimentalismos, la actuación de los cubanos ha sido muy buena en este evento. Recordemos que ellos no topan internacionalmente casi nunca y de momento tienen como «techo» la Liga Superior, un torneo que no se parece al que fue en sus inicios.
Aunque los años le han caído encima, nuestro baloncesto no ha perdido la autoestima, ni el carácter. Si con la misma fuerza se combatieran ciertos prejuicios, quizá estuviera más cerca la salida del túnel. Hablo de reconocer los errores y aceptar sugerencias, porque el esfuerzo no lo es todo.
Pero dejemos la polémica para el comienzo de la temporada nacional 2008-2009. De momento, disfrutemos la clasificación hacia el Premundial de las Américas 2009 y soñemos con llegar al Mundial de 2010 en Turquía.
