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BEIJING.— Por mucho, la escuadra cubana de boxeo será la más representada en la única jornada semifinal del torneo olímpico, pues hasta ahora seis de sus hombres han asegurado una plaza en el duelo que definirá los aspirantes al cetro.
Pero el número de medallistas podría crecer en la última velada de cuartos de final, donde peleaban al cierre el peso mosca Andry Laffita y el mediano Emilio Correa.
Ambos tenían amplias posibilidades de extender el excelente desempeño de la tropa, que tuvo sus más recientes éxitos en los puños del minimosca Yampier Hernández y el ligero Yordenis Ugás.
El primero volvió a dar una soberbia demostración frente al brasileño Paulo Carvalho, cuyo ímpetu se vio apagado por las constantes combinaciones del capitalino. Así, lo que al principio fue un combate parejo poco a poco se convirtió en un «solo» de Yampier, quien se llevó el triunfo por votación de 21-6. Luego vino la victoria de Ugás, por 11-7 frente al rumano Georgian Popescu.
Ahora, el próximo rival de Yampier será el mongol Amnat Ruenroeng —bronce en el último Mundial—, en tanto Ugás asumirá el reto del francés Daouda Sow, un púgil que ha sido derrotado antes por el santiaguero.
Si no ocurren nuevas sorpresas, Ugás estaría enfrentando en la final al ruso Alexei Tischenko, monarca olímpico de la división pluma, en lo que pudiera ser uno de los pleitos más interesantes del certamen.
Tischenko llegó hasta aquí con el orgullo herido, tras caer ante el inglés Frankie Gavin en la semifinal del Campeonato Mundial celebrado hace un año en Chicago. Y esta vez se encontrará con un Ugás en excelente forma y mucha hambre de triunfo.
«Me he preparado fuerte para lograr mi primera medalla de oro olímpica, y no importa si la final es frente a Tischenko u otro boxeador. Si se da la pelea contra él, será muy emocionante», confesó Ugás a la prensa poco después de concluir el pleito.
Otros que pudieran cruzar golpes con sobrevivientes de la diezmada tropa rusa serán el crucero Osmai Acosta y el mosca Laffita, aunque este último tenía primero que superar al conocido boricua McWilliam Arroyo.
Hace cuatro años, en Atenas, el boxeo cubano participó con equipo completo y ubicó a siete hombres en la final. Ahora son ocho los que tienen posibilidades de discutir el cetro, algo que para muchos —entre los cuales me incluyo— solo era posible en sueños.
