El revés a una sola mano de Justine siempre será recordado. Foto: Reuters El mundo del tenis todavía no sale del asombro, y muchos aún se adaptan a la idea de la ausencia de la belga Justine Henin, quien anunció su retirada de las canchas con apenas 25 años.
La vigente número uno de la clasificación mundial confirmó a los medios de prensa su decisión, motivada por el «cansancio tras muchos años en la élite del deporte».
La excepcional jugadora, que inició su carrera a los cinco años de edad, abandona así las canchas luego de encabezar por más de cien semanas consecutivas el ranking de la WTA, y de ganar 41 torneos, entre ellos siete Grand Slam (cuatro Roland Garros, dos Open de Estados Unidos y un Open de Australia), además del título olímpico en Atenas hace cuatro años.
La despedida de Justine es, sin dudas, una gran sorpresa, después de sus excelentes resultados durante el pasado año: ganó 63 de sus 67 partidos, conquistó el cetro en diez torneos, incluidos dos Grand Slam y el Master Series femenino, en Madrid.
«Sé que es un shock para mucha gente, pero pienso en esto desde finales de 2007 y no tengo tristeza, sino alivio», explicó.
De regreso a las canchas tras un mes de recuperación por una lesión, Justine perdió la pasada semana en la tercera ronda del Abierto de Berlín frente a la rusa Dinara Safina, y acto seguido canceló su participación en el Abierto de Roma.
«Tras la derrota en Berlín la retirada me pareció de repente como una evidencia. Si paro ahora, puedo recordar mi carrera de tenista con una sonrisa, y si espero tres meses pudiera arrepentirme», reflexionó la tenista.
Además de sus innegables méritos, Justine Henin pasará a la historia como la primera tenista en retirarse como número uno del mundo, y es considerada hasta hoy como la mejor deportista femenina de Bélgica.
Allí se recuerda con agrado la intensa rivalidad con su compatriota Kim Clijters, quien también llegó a ser «número uno» mundial, pero anunció su retirada en mayo de 2006, con solo 23 años, debido a las lesiones y a la necesidad de tener tiempo libre.