BEIJING.— «Me llamo Pablo, no Pablo Picasso, no Pablo Neruda, sino Pablo a secas»... Las risas irrumpieron el salón de la Embajada de Cuba en China, donde se efectuó el intercambio con un grupo de estudiantes chinos, quienes partirán dentro de unos días a la Isla para perfeccionar su español con vistas a los Juegos Olímpicos de 2008.
Como Pablo, los veinte jóvenes se presentaron. Todos cursan segundo o tercer año de la carrera de español en distintas universidades chinas y provienen de provincias como Shanxi, Jilin, Liaoning, Hebei o Shandong. Se escucharon variedad de nombres: Yolanda, Daniela, León, Catalina, Lola, Estrella, Rafael...
Ellos son los voluntarios que aportará la Liga de la Juventud Comunista de Beijing a las Olimpiadas, y por eso la actividad estuvo presidida por Liu Jian, primer secretario de la organización juvenil de esa ciudad y Wang Yue, segunda secretaria. Por Cuba, estuvieron presentes, Mario Alzugaray Rodríguez, segundo jefe de la misión estatal cubana, y Edmundo Suárez, consejero político.
Wang Yue agradeció la oportunidad que brinda Cuba para la formación de estos jóvenes que trabajarán con las delegaciones de los 32 países latinoamericanos en los Juegos Olímpicos. Además, destacó las ventajas de estudiar en la Isla, donde hay mucha experiencia en la formación de educandos extranjeros, y aprovechó para exhortar a los voluntarios a que aprendan no solo español, sino que profundicen en el intercambio cultural.
«Ustedes son los embajadores del espíritu olímpico de Beijing 2008», apuntó.
Por su parte, Alzugaray, les explicó a los jóvenes chinos las características del programa. «Además de estudiar español tienen mucho que aprender de Cuba, de su sociedad, de su gente. Al mismo tiempo, contribuirán a enriquecer los conocimientos del pueblo cubano, al trasladar directamente sus propias experiencias y cultura», afirmó.
Estás serán las mascotas de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Con mucho tino, los organizadores han previsto su identificación también en otros idiomas, incluido el castellano. Por su parte, Liu Jian, quien visitó Cuba el año pasado por invitación de la Unión de Jóvenes Comunistas, exaltó la belleza geográfica de la nación y el sentimiento de unidad del pueblo frente a las agresiones norteamericanas, además de la solidaridad y la alegría de su gente.
«Nuestro deseo no es solo la formación de especialistas en la lengua española, sino de jóvenes con valores, bien preparados y esforzados, que también harán mucho por las relaciones entre China y Cuba», sentenció.
El intercambio concluyó con una degustación de comida cubana, aderezada por la buena música de la tierra más hermosa. La presentación de Pablo tiene un elemento nuevo para llegar a Cuba. «Me llamo Pablo, no Pablo Picasso, no Pablo Neruda, tampoco Pablo Milanés, sino Pablo a secas».