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Río de Janeiro.- Al principio nadie miraba para ella, solo nosotros, de vez en vez. Sin embargo, con humildad, la santiaguera Mailyn González sorprendió a todo el mundo y se llevó la medalla de oro en la prueba de sable individual, durante el sexto día de la esgrima en los XV Juegos Panamericanos.
Nos dimos cuenta tarde de que iba avanzando, pues seguíamos de cerca a las atletas mejor ubicadas en el ranking. «Era normal», le dije a nuestro fotógrafo, quien nos recriminó por no alertarlo con tiempo para hacerle una foto.
La señal nos la dio la propia Mailyn, cuando venció 15-9 a la venezolana Alejandra Benítez, primera en el escalafón de la competencia. Luego, ya en semifinales, doblegó 15-12 a la canadiense Sandra Sassine, quien había superado invicta la ronda eliminatoria.
Así, se vio frente a frente en el asalto final con la estadounidense Alexis Jemal, a quien superó 15-12 para dar a Cuba su primer título en el torneo de esgrima, cuando las posibilidades comenzaban a escaparse.
Fue un alegrón inmenso, porque no se esperaba. De las dos cubanas inscritas, Ana Fáez parecía destinada a llegar más lejos. Y ni siquiera hasta la final, porque Estados Unidos es la mayor potencia mundial en esta arma. Recuerden que en el último campeonato del orbe, las norteñas acapararon todo el podio, con Rebeca Ward, Mariel Zagunis y Sada Jacobson en los tres primeros lugares.
Pero ninguna de ellas vino hasta Río, ni siquiera Jacobson, quien había ganado en la anterior cita continental, cuando esta modalidad se incluyó por primera vez en el programa. Nada, que la soberbia es mala consejera.
