Un gran banco brasileño deberá indemnizar con 5 900 euros a un cliente que acabó en ropa interior en los controles de entrada a una sucursal de Río de Janeiro. Dilson dos Santos, quien recibió «daños morales», denunció que la puerta giratoria de la oficina se bloqueó, incluso después de haber retirado sus objetos metálicos y ser revisado personalmente. Ante las trabas para entrar, el hombre preguntó si debía bajarse el pantalón. Y así acabó quedando en calzoncillos en la misma puerta. Sin embargo, ¡tampoco se le permitió pasar!