Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Pues como lo oyen: un camello chocó con un tren. Ya, ya sé lo que están pensando. Pero no, no estoy hablando de aquel vehículo colectivo conocido otrora por berrear mientras atravesaba el Túnel de La Habana, sino de un pobre camello real, que se escapó de un circo y embistió a un tren regional en Ferte-sous-Jouarre, unos 65 kilómetros al este de París. El animal, por supuesto, murió instantáneamente, y no hubo heridos a bordo del tren, pero el accidente provocó retrasos en 14 trenes durante cuatro horas. ¡Qué muerte tan jorobada!

Un estadounidense fue acusado de fraude tras cobrar durante seis años más de 100 000 dólares de jubilación de su madre, cuyo fallecimiento ocultó con la estrategia de disfrazarse de anciana para renovar el permiso de conducir de su progenitora. Thomas Parkin, de 49 años, en complicidad con Mhilton Rimolo, que se hacía pasar por el sobrino de la anciana, fueron inculpados con 47 cargos, informó una fuente judicial de Nueva York. Ambos habían cobrado 117 000 dólares de pensión en nombre de la fallecida, Irene Prusik. El fraude fue descubierto cuando, al detectar irregularidades jurídicas, las autoridades citaron a la septuagenaria y se encontraron con Parkin disfrazado de anciana, maquillado y con las uñas pintadas. ¿Habrá algún papel para ellos en el teatro del penal?

Si el anterior fue un caso de picardía, este lo es de bobería. Según la agencia española EFE, la Audiencia de Valencia condenó a un año y dos meses de prisión a un hombre que entró a robar en un colegio y se quedó dormido en el despacho del director, donde fue descubierto al día siguiente. El botín del caco se redujo a varios libros, una carpeta y algunas monedas del interior de la máquina de café, que, para colmo, estaba rota. Y nada, ¡se fue a dormir!, desesperado porque los encargados de seguridad lo arrestaran mientras roncaba. Ahora podrá hacerlo vestido como corresponde: con un pijama a rayas.