Ernesto Acher ofreció en La Habana un espectáculo único este fin de semana en el teatro Karl Marx. No podía tener mejor acompañante que su amigo Virulo, quien acaba de merecer el Premio Nacional de Humor en Cuba.
El argentino Ernesto Acher fue por 15 años integrante de Les Luthiers, esos músicos humoristas, mezcla de locos-cuerdos que nos han hecho reír a los cubanos por décadas.
Y aunque Acher ha tomado, hace mucho, rumbos diferentes a los de ese reconocido grupo argentino, su vasto conocimiento sobre la música y sus eternos deseos de hacer feliz a la gente construyendo cosas tan bellas como podría ser un instrumento melódico, lo convierten en un luthier, que es como decir un mago o un hacedor de sueños.
Para quienes conocen la risa inteligente, esta función, con fuertes dosis de humor y música será una de las más acertadas acciones de la disquera EGREM para las vacaciones de verano.
Al decir de Acher el espectáculo contará con unos 60 músicos, entre esos, el grupo antivirus de Virulo y será un híbrido entre la música clásica y el humor, una revelación de parentescos entre lo clásico y lo popular.
La recomendación viene de alguien que cree incondicionalmente en el carácter universal de la música; alguien capaz de interpretar y hacernos visibles las similitudes entre, por ejemplo, la Novena de Beethoven y Let it be de los Beatles. Se trata del propio Acher, quien en una entrevista con Cubasí contó detalles de la génesis de esa relación artística con Virulo y de sus concepciones del humor.
¿Cómo surge la idea de este concierto y de dónde viene su relación con Virulo?
Este es uno de los tantos proyectos con mi amigo Virulo. Nos conocimos aquí en el 83. Después de muchos años nos reencontramos casualmente en 2006 y decidimos hacerlo. No podíamos desaprovechar la oportunidad de estar tan a gusto.
¿Este es un espectáculo que ha tenido episodios anteriores en otros lugares fuera de Cuba?
No. Virulo y yo hemos hecho otras cosas. Hemos realizado giras de humor en México, Venezuela, España. Tenemos proyectos diversos y de muchos tamaños, este espectáculo es uno de ellos. Nos presentaremos en formato de concierto con orquesta sinfónica y muchas vueltas de humor con temas míos y de él. Será muy placentero realizarlo, en primer lugar para nosotros.
¿Es usted un seguidor usted del humor cubano?
Sí, aunque mi contacto con este no es constante, pero las veces en que he disfrutado del humor cubano me he divertido mucho.
¿Y cómo está el humor en Argentina actualmente?
Está un poco caído. Tampoco podría hablar mucho del tema porque vivo hace 12 años en Chile.
La televisión cubana pasa con frecuencia programas con presentaciones de Les Luthiers y a pesar del tiempo estos siguen surtiendo el efecto de la risa.
Eso fue algo que pasó hace 30 años, pero claro que me alegra que ustedes se sigan divirtiendo con lo que hicimos en aquella época.
Para usted ¿qué es lo que separa al humor reflexivo del chiste corriente?
Depende de lo que estés buscando. Si el humor es una expresión de lo que sientes, te va bien. Si lo que buscas es hacer plata, no me gusta.
¿Qué lo ocupa en Chile ahora mismo?
Estoy como director residente en una orquesta sinfónica, al sur de Santiago. Estoy trabajando puramente como director orquestal.
A los defensores acérrimos de lo culto no les gusta mezclar lo clásico con lo popular, ¿qué cree usted de eso?
Ellos se lo pierden. La vida no tiene compartimentos, la vida fluye y la música también.