Las lecturas de tabaquería fueron declaradas este viernes Patrimonio Cultural de la Nación, en acto que acogió la sede de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
Según reportes de la AIN, Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y de la Fundación Fernando Ortiz, significó que la pasión de las grandes novelas de la historia está impresa en el sabor inconfundible del tabaco cubano.
La presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, Gladis Collazo, explicó que se le confiere tal distinción a las lecturas por ser una muestra del diálogo cultural permanente entre obreros de la industria tabacalera y la sociedad.
La cita también fue ocasión para la entrega de la Distinción Carlos Baliño a 30 trabajadores del sector tabacalero, por sus servicios a lo largo de 20 años.
En la ceremonia estuvieron presentes miembros del Secretariado Nacional de la CTC y del Grupo Empresarial Tabacuba, además de invitados de Venezuela, Nicaragua, México y Colombia.
Los presentes celebraron el 51 aniversario del Sindicato Nacional de Trabajadores Tabacaleros, comentaron sobre el próximo XX Congreso de la CTC y saludaron a los afiliados en Santiago de Cuba, empeñados en cumplir sus planes de producción, a pesar de los daños del huracán Sandy.
La tradición de las lecturas de tabaquería comenzó en 1865 en la fábrica El Fígaro, por idea de Saturnino Martínez, y desde ese entonces se han leído novelas clásicas de Víctor Hugo, William Shakespeare, Alejandro Dumas y de otros grandes escritores.
Marcas reconocidas de tabacos cubanos, como Romeo y Julieta y Montecristo, deben su nombre a textos como esos.