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Alejandro García Gutiérrez. Autor: Archivo de JR Publicado: 21/09/2017 | 05:17 pm
Del 28 de mayo al 2 de junio de 1989, se celebró en Caracas el VIII Congreso Latinoamericano de Cirugía. La delegación cubana estaba encabezada por el profesor Alejandro García Gutiérrez, e integrada por los doctores Jorge Abraham Arap, Emilio Camayd Zogbe, Roberto Cuan Corrales, Nery González Lazo, Lázaro Quevedo Guanche y Oscar Suárez Savio.
Terminado el evento, los cubanos solicitaron visitar algunos centros históricos de Caracas. El doctor Ricardo Molina designó a los residentes de su servicio, doctora Trinette Durán Briceño y José Benchimul Hermanan, para que el sábado 3 de junio los acompañaran en dicho recorrido.
Después de su estancia en el museo Bolívar, y para sorpresa de los médicos cubanos, la doctora Durán les comunicó que era muy amiga del general de división Arnoldo José Rodríguez Ochoa, secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa, y que este los esperaba para una visita al Palacio de Miraflores.
El general los recibió en ropa deportiva, se encontraba trabajando en la preparación de un informe que tenía que presentar al presidente de la República, al gabinete y a los gobernadores, al día siguiente en ese mismo lugar.
El encuentro se efectuó en un ambiente amistoso. El diálogo fue breve. Les brindó café y, entonces, Rodríguez Ochoa mandó a buscar a uno de los oficiales que se encontraba bajo sus órdenes para que los acompañara en el recorrido por las instalaciones. El nombre del oficial, que en esos momentos tenía el grado de mayor, era Hugo Chávez Frías.
Mientras el mayor Chávez conducía al grupo por los pasillos subterráneos de esa construcción militar, les reveló que una bifurcación de ese túnel conducía a la sede de la presidencia.
Uno de estos edificios es la sede del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa, y el otro alberga a la Guardia de Honor, que es la guardia presidencial; y al salón de la Patria, lugar histórico que recoge en murales y vitrales toda la historia de Venezuela y de sus próceres más importantes.
Durante la explicación que hacía el curador del museo sobre la historia de Venezuela, Chávez hizo un aparte con el doctor García Gutiérrez para expresarle que estaba estudiando Ciencias Políticas y manifestarle que el tema de su tesis de graduación era Cuba. También le comentó los deseos que tenía de visitar la Isla con el propósito de completar sus estudios. Antes de despedirse, el mayor Chávez le obsequió a García Gutiérrez su tarjeta de visita.
Al regresar a Cuba, el profesor García Gutiérrez le entregó al doctor Roberto Menchaca, director de Relaciones Internacionales del Ministerio de Salud Pública en esa época, un informe con detalles del viaje que incluía este encuentro casual con el mayor Chávez Frías, y su interés en el estudio de la Revolución Cubana. También le adjuntó la tarjeta que le había entregado.
Cuando la sublevación militar de febrero de 1992, García Gutiérrez volvió a escuchar el nombre de Hugo Chávez. Buscó una copia del informe que había hecho y se llevó la gran sorpresa: era el mismo mayor que le había mostrado su interés por Cuba.
Años después, el doctor García Gutiérrez formó parte de la delegación cubana que, presidida por el entonces Ministro de Salud Pública, José Ramón Balaguer, viajó a Venezuela con vistas a la inauguración de los Centros de Diagnósticos Integrales.
Grande fue la sorpresa de García Gutiérrez cuando, al encontrarse con el líder bolivariano, a bordo del avión que los transportaría al Estado de Monagas, este se recordara de él, a pesar de los años transcurridos.
—Tú eres García.
—¿De dónde me conoce?
—De Miraflores.
Este diálogo, a bordo del avión presidencial bolivariano, se produjo el 12 de junio de 2005 en vuelo hacia el Estado de Monagas entre el mandatario venezolano Hugo Chávez Frías y el cirujano cubano Alejandro García Gutiérrez.
Posteriormente, en el Aló Presidente del domingo 12 de junio de 2005, en el propio Monagas, el presidente Chávez hizo referencia a aquel breve encuentro y anunció que el doctor García Gutiérrez se encontraba entre los invitados a dicho programa.
Ya de regreso a Caracas, al aterrizar la nave aérea en el aeropuerto y al despedirse de sus invitados cubanos, el presidente Chávez sonriente le dijo a García Gutiérrez:
—Yo mandé una señal contigo.
—Y yo la transmití —le respondió el cirujano.
