Sancho. Autor: LAZ Publicado: 21/09/2017 | 05:13 pm
El ampersan (&) es, según la Real Academia Española, uno de esos signos llamados no alfabetizables. Yo publiqué hace años su probable origen, que había leído en una ocasión. Un lector me dice que tiene entendido que fue el inglés la lengua que le dio nombre, ya que significa and (y), en ese idioma.
Sueldo procede de solidus, moneda de oro acuñada en el siglo IV, conocida también como ducado, y que a diferencia de otras que circulaban en esa época, tenía un valor fijo y por tanto sólido; de ahí viene su denominación. Solidatu (soldado) es un derivado, el militar que se llamaba así porque sus servicios eran pagados con esa moneda. De solidu, también derivan soldar, solidario y consolidado.
El anillo de compromiso se usó por vez primera en Egipto (1800 antes de nuestra era). Para ellos, el círculo sin principio ni fin representaba la eternidad. Los griegos lo llevaban en el dedo anular porque creían que la vena del amor iba desde ese dedo al corazón (Siglo III a.n.e.). Las arras se originan en el hebreo arrab (prometer, dar seguridad) y el árabe anudar, estrechar.
En mis tiempos no se usaban las palabras obscenas con tanta libertad como hoy en día, pero había frases hechas que las traían convoyadas. Los hombres las pronunciaban con voz muy baja y en círculos íntimos. De alguien a quien no los unía una verdadera amistad, afirmaban: «Lo conozco de ¿qué hay?, ¿qué hay? Y pa´l…». Marianao era el equipo perdedor entre los cuatro que existían entonces en el béisbol nacional. Si una película, por ejemplo, estaba muy mala, había quien aseguraba: «Está de … y Marianao al bate». Generalmente delante de las mujeres sustituían el vocablo vulgar por silencios elocuentísimos, pero por supuesto, una lo adivinaba. ¡Qué curioso resulta el hecho de que esos palabros —como los llaman los españoles— ofenden en la lengua materna, sin embargo no sucede así en las que hemos estudiado, aunque las hablemos muy bien.