María Elena pensaba que las inundaciones arrastraban consigo uno de sus sueños, pero todo cambió, y celebró con los suyos sus 15 primaveras. Autor: Cortesía de la fuente Publicado: 04/11/2025 | 07:44 pm
LAS TUNAS.— Era casi de madrugada y la familia se mantenía en vilo. Pensaban que lo peor ya había pasado pero la verdadera pesadilla tocaba la puerta de su hogar. Los vientos del huracán Melissa soplaron con fuerza, y la lluvia no cesó durante aquellas horas interminables. Tras el ciclón, en la comunidad que habitan, los daños no fueron considerables; pero la amenaza llegó después desde el río Cauto, localizado solo a 150 metros de su vivienda.
Sus aguas devastadoras entraron con furia por la hendija de la puerta del portal. La noche era más oscura de lo habitual por la falta de corriente eléctrica. Había tres niños en la casa, motivo suficiente para el miedo. La voz de la delegada del Poder Popular desafió la oscuridad en el barrio granmense de Miradero, perteneciente al municipio de Río Cauto, para anunciar la evacuación masiva.
Los pequeños y las mujeres tuvieron prioridad, por eso el padre de la familia permaneció en el hogar. Con la ayuda del transporte de un vecino llegaron hasta los límites de Granma con Las Tunas, donde los rescató un equipo liderado por autoridades del Consejo de Defensa del Balcón del Oriente. En silencio, María Elena, la adolescente de casa, pensaba que las inundaciones arrastraban consigo uno de sus sueños.
Ella y su familia llegaron al centro de protección Simón Bolívar de la ciudad de Las Tunas. Su historia corrió como pólvora por las redes sociales cuando el colectivo de SxFotos, un estudio fotográfico tunero, decidió regalarle las instantáneas de sus 15 primaveras.
Maria Elena pensó que su
anhelo debía esperar un buen tiempo porque sus padres ahora no estaban en condiciones de asumirlo debido a tantas pérdidas, aunque para ella siempre lo más importante fue que sus seres queridos estuvieran a salvo.
Pero llegó el 3 de noviembre y su cumpleaños le devolvió la alegría. Reyler Ávalo y Diana Santiesteban, los dueños del estudio junto a todo el equipo de trabajo, asumieron con gran cariño y dedicación el maquillaje y el peinado. Afuera sus padres contaban el horror vivido.
«El miedo era mayor porque nuestra vivienda se localiza bastante cerca también de la presa Cauto del Paso, la mayor de Granma, que ya estaba aliviando y sus compuertas permanecían abiertas», nos contó Rosmeri Arias, la madre de Maria Elena; mientras su padre, José Daniel San Román, recordó que sus sembrados representan el sustento de la familia. «Por más de tres días las plantaciones de calabaza y maíz permanecieron bajo las aguas y lo perdí todo», explicó.
Llegó la hora de la salida de la quinceañera. Al verla, sus padres y sus dos hermanos lloraron de tanta emoción. María Elena seleccionó un traje azul porque es el color favorito de ella y de su abuelo. Posó ante la cámara y regaló al fotógrafo su mejor sonrisa.
«A ella le preguntaron cuál era el obsequio deseado y, sin dudarlo, expresó que solo quería que su papá estuviera con ella. Fueron a recogerme en un transporte ligero y vine con la misma ropa que traía porque al conocer su principal deseo me sentí el padre más orgulloso del mundo», agregó José Daniel.
Al filo de las tres de la tarde retornaron al centro de protección donde comenzó la fiesta junto a familiares, amigos y vecinos evacuados allí. Hubo pastel, ceremonia, vals, cariño
y muchísimos regalos. Todo fue posible gracias al apoyo de las autoridades de la provincia y del municipio cabecera, de organismos, organizaciones de masas, nuevos actores de la economía y de un pueblo unido caracterizado por su hospitalidad, sencillez y solidaridad.
«Estoy tan feliz y agradecida. Hoy supe que los sueños son posibles, por eso no dejaré de estudiar y de esforzarme cada día para convertirme en una gran escritora y contar en un libro todo lo vivido en estos días de dolor, miedo y alegrías», concluyó la adolescente.
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