El área de las piscinas es la más demandada por los clientes del Hotel Zaza. Autor: Cortesía de la fuente Publicado: 06/08/2025 | 08:17 pm
SANCTI SPÍRITUS.— Ha pasado más de un año y a Ana Iris Yero le parece increíble cómo en la edificación que, mucho antes encontró obsoleta, ahora, la algarabía de clientes no da paso al silencio. Jardinería, limpieza, confort y servicios que apuestan por la calidad, regalan una imagen que, al poner por vez primera los pies allí, le pareció quimérica.
«Al comenzar a trabajar en el Hotel Zaza hace cuatro años no prestábamos servicio a la población, una de las etapas más difíciles del centro que, por tiempo, se mantuvo en el podio de la preferencia de varias generaciones de cubanos, rememora la Licenciada en Derecho y jefa de servicio de la instalación. «Nos enfocábamos en velar los recursos. Solo nos dábamos cita el Consejo de dirección y los agentes de seguridad y protección».
El natural deterioro por el cese de su objeto social, tras haber prestado servicios durante la COVID-19 como centro a quienes enfrentaban directamente el mortal virus, provocó prácticamente que al hotel le quedaran en pie las paredes. Más de una vez encontraron en su interior el ganado vecino merodeando como «Pedro por su casa».
Pero la noticia de merecer Sancti Spíritus la sede central de las celebraciones por el aniversario 71 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, dio el empuje necesario. La transformación del lugar fue un hecho, y fue entonces posible satisfacer una de las demandas más recurrentes de la población.
Aunque ya antes, el miembro del Buró Político y Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, les dejó un gran reto, el 20 de junio de 2024, durante el último día de la visita gubernamental a la provincia, cuando constató el estado de deterioro y, sin miramientos, lanzó una frase que puso a correr a medio país: «Después del acto del 26, vuelvo para que reabra sus puertas».
Luego, en la mañana del 25 de julio, una comitiva liderada por Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, arribó a la instalación que aún daba los toques finales a su primera etapa de inversión. Pero ya los bríos de antaño eran evidentes.
Sin tiempo para el ocio
Después de un ajetreo que involucró a entidades de casi todo el país y erradicó grietas, ausencia de pisos y marquetería, y la infuncionalidad de ambas piscinas, se abrieron las puertas a los primeros clientes. Bastó el anuncio oficial para que llegaran hasta la instalación adultos y menores de edad, tanto en la modalidad de pasadías como de alojamiento.
«Hemos tenido días que se han cerrado las puertas con huéspedes fuera porque se ha completado la capacidad —reconoce Yurisbel Perna, director de la instalación—. Sabemos que este es un hotel insigne en Sancti Spíritus. Permaneció así en el imaginario por décadas. Aquí se hospedaron personas de diferentes partes de Cuba. Y aunque no son los mismos tiempos trabajamos para contar con más clientes potenciales».
Con la entrada del verano, las opciones que cada día se ponen a las manos de quienes prefieren recorrer los cinco kilómetros que se desvían desde la carretera que une a la urbe del Yayabo con Jatibonico, tienen mucha demanda.
«En el interior de nuestra instalación —ya sea para pasadías o huéspedes internos— contamos con todos los servicios: habitaciones, dos piscinas, parrillada, Bar Lobby, Bar Mirador con una vista envidiable, discoteca, restaurante y sala de juegos.
«Mientras que en la parte extrahotelera está Media Luna, justo pegado a la carretera central. Allí se pueden consumir bebidas y gastronomía».
Simultáneamente con esas acciones, en el Zaza no se han depuesto las labores constructivas, a fin de aumentar el número de habitaciones. Hoy solo funcionan 48 para una capacidad de alrededor de cien personas.
«Se han intervenido una serie de lugares que estuvieron dentro de la inversión, pero al final tuvimos que terminar nosotros. Para este año, la máxima es recuperar las habitaciones del ala derecha y así declarar su total funcionamiento. Serían más de 120. Contamos con 40 millones de pesos aprobados», acota el directivo.
Anhelos
Para la joven Ana Iris Yero, quien aún tiene huellas en sus manos de las piedras recogidas en los días en que el Zaza se puso de cabeza, y más de una anécdota con los constructores, cada día de trabajo significa un reto. A nombre del resto de sus compañeros resume los muchos sueños que están sobre la mesa.
«Lo más importante que nos ha pasado es que somos un colectivo de dirección joven. Muchos permanecimos aquí a pie de obra, y otros llegaron cuando comenzamos. Por tanto, el sentido de pertenencia es inmenso. Ver resurgir todo este hotel en apenas un mes significa mucho. Eso se ha vuelto el motor impulsor para cuidar lo que tenemos.
«Para todos es un orgullo recibir en el lobby una pareja de clientes que regresa para revivir su noche de bodas como hace más de 30 años. También, nos sucede quienes apuestan celebrar sus cumpleaños en alguna de nuestras áreas. Se retoman las fotos de las quinceañeras porque esa opción tuvo mucha demanda con anterioridad.
«Igual, ya hablamos de la necesidad de devolver las propuestas de turismo deportivo. Venían de diferentes partes de Cuba para efectuar actividades de caza y pesca. Esa historia de esplendor se la compartimos a nuestros clientes cuando arriban a nuestro hotel».
Al Hotel Zaza, además, le urge contar con una lavandería, panadería y dulcería propias y, claro, así poder abrirse al mercado internacional.
Basta con mirar por el retrovisor de esa instalación del sector del turismo espirituano para asegurar que no resulta imposible materializar sus muchos anhelos. A un año de resurgir como ave fénix, queda mucho menos para afianzarse mucho más en el gusto popular.