La doctora Mirta Álvarez Castelló, presidenta de la Sociedad Cubana de Alergia y Asma. Autor: Cortesía de la entrevistada Publicado: 24/03/2025 | 08:44 pm
¿Tiene usted coriza con frecuencia? Picazón nasal, estornudos frecuentes, obstrucción del flujo de aire y, sobre todo, una secreción nasal clara ante cualquier «factor» relacionado con humedad, cambio de temperatura o algún olor peculiar…
No se asuste. Padece de rinitis alérgica, como esta reportera, que bien enterada está ya sobre el hecho de que los pólenes y mohos, los alérgenos de interiores perennes como los ácaros del polvo, las mascotas, las plagas y algunos mohos, pueden contribuir como desencadenantes de este padecimiento.
¿Es grave? ¿Tiene cura? ¿Desaparece si cambiamos de ambiente o situación geográfica? Hablar con la doctora Mirta Álvarez Castelló, especialista en Medicina General Integral y Alergología, del hospital universitario Calixto García, esclarece las dudas.
«La rinitis alérgica, aunque muchas veces se considera una afección leve, se asocia en ocasiones con dificultad para dormir, trastornos respiratorios relacionados con el sueño, dificultad para concentrarse y realizar algunas actividades, somnolencia diurna y cefalea matutina.
«Además, se asocia con frecuencia al asma y se considera un factor de riesgo para su desarrollo, y está presente en muchos casos de asma severa no controlada. Estos efectos pueden influir en el desempeño diario en algunos pacientes, provocar un bajo rendimiento escolar y laboral, y tener un impacto negativo en la calidad de vida de los pacientes».
—¿Cuál es la explicación científica de este padecimiento?
—La fisiopatología de la rinitis alérgica es muy compleja e involucra múltiples células inmunitarias, mediadores y citoquinas. La liberación de histamina es un elemento clave, especialmente en la fase temprana de la respuesta alérgica. No es posible evitar por completo los alérgenos que desencadenan los síntomas y sin una cura, las opciones terapéuticas disponibles suelen centrarse en lograr el alivio sintomático.
«Las terapias tópicas ofrecen muchas ventajas sobre las terapias orales, como la entrega de mayores concentraciones de fármacos a los sitios receptores en la fuente de la inflamación alérgica y la reducción del riesgo de efectos secundarios sistémicos. Estos tratamientos se basan en antihistamínicos, esteroides, anticolinérgicos, descongestionantes y cromonas.
«El maleato de clorfenamina, por ejemplo, es un antihistamínico de primera generación con amplio uso en el tratamiento de las alergias. Su efecto de control sobre los síntomas de las alergias se debe al bloqueo de la acción de la histamina, sustancia causante de muchos de los síntomas de la alergia. La clorfeniramina se usa para aliviar el enrojecimiento, la picazón y el lagrimeo de ojos, los estornudos, la irritación de nariz o garganta y la secreción nasal, ocasionados por las alergias, la fiebre del heno y el resfriado común. La clorfeniramina ayuda a controlar los síntomas de los resfriados y las alergias, pero no trata sus causas ni acelera la recuperación, sino que actúa al bloquear la acción de la histamina.
«Cuba ha utilizado este medicamento en presentación oral durante décadas, pero no cuenta con su formulación tópica nasal. No se dispone, además, de otros antihistamínicos para administración nasal, solos o combinados con esteroides, pues son los medicamentos de primera línea para la rinitis alérgica y con elevados costos a nivel mundial.
«Buscar alternativas terapéuticas que mejoren la calidad de vida de los pacientes e identificar mejores estrategias de tratamiento justifica la realización de un estudio clínico de prioridad porque esta afección continuará siendo un importante problema de salud pública.
«Un equipo multidisciplinario, liderado por la doctora Iglermis Figueroa García del hospital Hermanos Amejeiras como investigadora principal del estudio e integrado por diversos especialistas, trabaja en el estudio clínico multicéntrico, observacional y prospectivo, en dos etapas; estudio de fase 4 que combina características controladas y observacionales para evaluar la seguridad, eficacia y efectividad del aerosol nasal de clorfeniramina (0,4 por ciento) en pacientes adultos con rinitis alérgica perenne».
Explica la doctora Álvarez Castelló, también presidenta de la Sociedad Cubana de Alergia y Asma y asesora del ensayo clínico, que el producto es un aerosol antihistamínico nasal que contiene el ingrediente activo maleato de clorfeniramina.
—¿Existen antecedentes de estudios previos con la administración de este medicamento?
—Sí. Su administración por vía nasal cuenta con estudios previos, que han confirmado su inicio rápido de acción y una mejor biodisponibilidad del medicamento. También hay estudios de este antihistamínico asociado a gel para uso tópico nasal, y se han demostrado propiedades antivirales de este fármaco frente a la COVID-19.
Insiste la especialista que la administración nasal ha sido de especial interés en la última década debido a su factibilidad y relativa alta biodisponibilidad en comparación con la vía de administración oral.
Del equipo investigador forma parte también la Máster en Ciencias Arilia García López, gerente de proyecto del Centro Nacional Coordinador de Ensayos Clínicos, quien explica que en el hospital clínico quirúrgico Hermanos Ameijeiras la consulta se desarrolla todos los miércoles en el servicio de alergia, en horarios de la mañana. En el hospital Calixto García la consulta se desarrollará los lunes, martes, jueves y viernes en el servicio de alergia en el horario de la mañana.
La Máster en Ciencias Arilia García López, gerente de proyecto del Centro Nacional Coordinador de Ensayos Clínicos, también pertenece al equipo investigador. Foto: Cortesía de la entrevistada
«En una primera etapa se realizará un estudio comparado con placebo en una muestra de 100 pacientes, 50 en cada grupo por una duración de 28 días. En la segunda etapa se ampliará la población hasta 400 sujetos en un estudio abierto sin placebo con una duración de seis meses.
«La seguridad del tratamiento será evaluada mediante un monitoreo continuo de eventos adversos, complementado con exámenes físicos y mediciones de signos vitales a lo largo del estudio. Asimismo, se registrarán las interrupciones del tratamiento que ocurran debido a eventos adversos graves, lo que proporcionará información valiosa sobre la tolerabilidad del medicamento. Además, se analizará la adherencia al tratamiento a través de reportes de los participantes y patrones de uso documentados en su entorno habitual.
«En la primera etapa, contaremos con pacientes masculinos y femeninos mayores de 18 años, con un diagnóstico de Rinitis Alérgica Perenne con historia documentada de al menos un año, con confirmación de hipersensibilidad demostrada mediante prueba cutánea de punción (Prick Test), entre otras cuestiones específicas, además de contar con la disposición y capacidad para cumplir con los requisitos del protocolo y asistir a las visitas programadas. Obviamente, deben ser personas que presenten buen estado de salud general, sin condiciones médicas significativas que interfieran con la interpretación de los resultados y con capacidad para otorgar consentimiento informado por escrito.
«No podrán participar quienes presenten erosión superficial o ulceración de la mucosa nasal, sinusitis crónica recurrente, infecciones respiratorias activas o recientes en un margen de 14 días, enfermedades pulmonares graves, condiciones cardíacas o neurológicas, síndrome de apnea obstructiva del sueño diagnosticada clínicamente, cirugía nasal reciente o se encuentren en situación de gestación o lactancia», añade García López, quien precisa que la segunda etapa también requerirá de requisitos específicos para quienes se sumen al estudio.