Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Nuestra disyuntiva sigue siendo ¡Patria o Muerte!

El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez, acompañó el sentido recuerdo a las víctimas del sabotaje del vapor francés La Coubre

Autor:

Rosmery Pineda Mirabal

Para las 3:10 p.m. del 4 de marzo de 1960 ya la cuenta regresiva había concluido en un acto de injusticia y odio contra la Revolución Cubana, cuando cientos de personas volaban sobre la pólvora y la peste que desprende la letalidad de cualquier explosivo haciendo contacto con la carne humana. Treinta y cinco minutos después, el pánico volvió a recorrer La Habana.

Como consecuencia fueron 101 fallecidos y más de 400 heridos, cifras que se dicen fácil, pero que penetran directo a la sien si hablamos de cuánto puede ser capaz la malicia del enemigo jugando sucio para ganarle a la inocencia. Las cifras solo se dicen fácil de dientes para fuera, porque adentro la rabia nos hace un nudo, nos alerta, y nos apiña en un mismo grito de ¡Patria o Muerte!

Por eso, este martes el pueblo cubano volvió a denunciar la explosión del vapor francés La Coubre, ocurrido hace 65 años, y lo hizo junto al Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, así como de los miembros del Buró Político Manuel Marrero Cruz, Primer Ministro; y Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización del Comité Central del Partido.

Durante el homenaje que tuvo lugar a escasos metros del puerto capitalino fueron colocadas ofrendas florares en nombre del General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana; de Díaz-Canel y del pueblo cubano como tributo a las víctimas de aquel acto terrorista. Allí también sesionó un juicio antimperialista que declaró al Gobierno estadounidense culpable del siniestro.

La denuncia por el estallido de La Coubre es un derecho de los familiares y de nuestro pueblo por más de 65 años de asedio permanente en el terreno económico e ideológico por parte de Estados Unidos, en donde se han utilizado todos los métodos posibles, incluyendo acciones terroristas que han provocado la muerte de miles de cubanos, se dijo en el tribunal.

Silvio Ruiz Sáez, Osvaldo Canseco Fernández, Alberto Felipe Codina Carril, Leandro Martínez Gorüet y Rosario Velasco Gómez fueron quienes comparecieron esta vez en nombre de sus familiares, pues cada uno de ellos guarda un vínculo con las víctimas del siniestro. Asimismo, revivieron la dolencia de un día tan normal como terrible.

Hoy no olvidamos que lo ocurrido aquel 4 de marzo de 1960, como otros tantos, no fue un accidente, sino un hecho financiado por el mismo país que, paradójicamente, nos ha incluido en su espuria y unilateral lista de Estados patrocinadores del terrorismo. Por eso, como mismo aseguró Fidel en las honras fúnebres de las víctimas de la explosión, no solo sabremos resistir cualquier agresión, sino que sabremos vencer cualquier agresión.

Y «nuevamente no tendríamos otra disyuntiva que aquella con que iniciamos la lucha revolucionaria: la de la libertad o la muerte. Solo que ahora libertad quiere decir algo más todavía: libertad quiere decir patria. Y la disyuntiva nuestra sería patria o muerte». 

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