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La «Novia del Filin» se despide de los escenarios

La música de Omara Portuondo ha trascendido fronteras y generaciones, y aunque ya no la veremos en grandes conciertos, su voz continuará resonando en las grabaciones, en los corazones de sus admiradores y en los homenajes que seguirán brindándole

Autor:

Félix A. Correa Álvarez

Omara Portuondo, la «Novia del Filin» y una de las más grandes intérpretes de la música cubana, ha decidido, a sus 94 años, poner fin a su carrera en los escenarios internacionales.

La noticia llega tras un emotivo comunicado de su hijo y mánager, Ariel Jiménez Portuondo, quien confirmó que la icónica cantante ya no realizará más presentaciones en vivo. Sin embargo, su retiro no implica un adiós definitivo a la música; Omara, cuya voz ha acompañado generaciones, continuará regalando su arte en un formato más íntimo y ajustado a sus condiciones de salud.

Omara Portuondo es una leyenda viva. Desde su juventud en el mundo del cabaré hasta su consagración como una de las principales figuras del Buena Vista Social Club, su carrera ha abarcado más de siete décadas de éxitos y colaboraciones inolvidables.

Nacida en La Habana en 1930, fue en los años 40 cuando comenzó su carrera profesional como parte de la compañía de danza del famoso cabaré Tropicana. A partir de ahí, su voz se convirtió en símbolo del filin, ese estilo musical caracterizado por el sentimiento profundo y las letras nostálgicas. Omara se convirtió en una de las principales exponentes del movimiento, llevando su arte por todo el mundo y ganando el cariño de millones de seguidores.

La década de los 90 le trajo su mayor consagración internacional gracias al proyecto Buena Vista Social Club, un fenómeno global que revivió la música tradicional cubana y catapultó a sus protagonistas al estrellato. Omara se unió a figuras como Compay Segundo, Ibrahim Ferrer y Rubén González, siendo su voz dulce y apasionada un elemento fundamental del éxito del grupo. Con el álbum homónimo y la gira internacional, Omara consolidó su
lugar como una de las voces más importantes de la música cubana, capaz de transmitir emociones universales a través de canciones atemporales como Veinte años y Dos gardenias.

El anuncio del retiro de los escenarios se dio tras un episodio en el Palau de la Música en Barcelona, donde, después de interpretar el clásico Quizás, quizás, de Osvaldo Farrés, Omara mostró signos de fatiga y desorientación. A pesar de este incidente, la cantante continuará su vida artística desde casa, grabando y ensayando en su estudio personal, siempre bajo la supervisión médica que ha acompañado su carrera en los últimos años. Su hijo explicó que privarla de cantar sería condenarla a la tristeza, ya que la música y el encuentro con el público son lo que la mantienen viva y con buen ánimo.

El próximo 6 de octubre, durante un homenaje en Budapest, Omara recibirá el cariño del público sin cantar, poniendo un punto final a su presencia en los grandes escenarios. Sin embargo, su legado ya está más que asegurado. La música de Omara Portuondo ha trascendido fronteras y generaciones, y aunque ya no la veremos en grandes conciertos, su voz continuará resonando en las grabaciones, en los corazones de sus fanáticos y en los homenajes que sin duda seguirán brindándole. Omara se retira, pero su música sigue viva, como una eterna canción de amor a la vida.

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