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El presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Ricardo Ronquillo Bello, pronunció las palabras de apertura del evento. Autor: PL Publicado: 18/03/2024 | 12:47 pm
El pasado sábado todos los medios de comunicación que radican en La Habana nos fuimos hasta su barriada más populosa, el parque Santos Suárez, del consejo popular Tamarindo, para desarrollar un festival que, como este coloquio que inauguramos hoy, integra las actividades por el Día de la Prensa Cubana, y al que llamamos Prensa pública, prensa del pueblo.
En esa comunidad ocurrieron episodios épicos, todavía muy poco conocidos, en defensa de la Revolución en el tan bombardeado como tergiversado 11 de julio de 2021. Fue una mañana preciosa que nos llegó sentimentalmente muy hondo.
Algo que nos impresionó, conversando largamente con una mulata recia y joven que lidera el consejo popular, fue una de sus aclaraciones: «muchos creen, nos dijo enfáticamente, que fueron las fuerzas del orden interior las que frenaron a los violentos de aquella fecha, pero fuimos nosotros, la gente patriota y humilde de la barriada».
En la frase y en el testimonio de esta mujer bella y cubanísima hay una alegoría, una metáfora política tremenda para quienes nos reunimos por tercera vez en Cuba convocados por el Coloquio Internacional Patria: los propósitos de este evento solo estarán cumplidos cuando los humildes y relegados de este mundo, lo mismo en esta Cuba asediada hasta el delirio —incluyendo en el terreno comunicacional—, que en Argentina, Brasil, Barcelona, o la Palestina heroica y mártir, sobre cuyo pueblo caen ahora mismo las bombas genocidas… se planten para defender sus proyectos y sueños de justicia, frente a toda manipulación.
También estarán completos si, adicionalmente, estamos integradas las fuerzas progresistas y liberadoras del mundo en la defensa común de la «idea del bien», anhelada y peleada por José Martí, fundador del periódico Patria hace 132 años y a quien honramos con este coloquio.
Si alguna lección nos legó el Patria martiano es que la Revolución, que es decir esa «idea martiana del bien», tiene que ser comunicada, y hacerlo de una forma y por unas vías capaces de movilizar e integrar a los que el Apóstol escogió para echar su suerte: a los marginados y explotados de la tierra.
Si el Héroe Nacional, quien enseñó a los cubanos a unirse, hubiese vivido en la Cuba de este 2024 del siglo XXI, sería el impulsor de este coloquio, porque nadie como él para entender que la articulación es una condición esencial de la unidad. Hemos aprendido, no sin golpes políticos durísimos, la lección de que se puede estar incluso unidos, sin embargo, desarticulados. Lo cual, cuidado, podría significar también derrotados.
Tanto las victorias como los reveses de los pueblos en este mundo en red, y también bastante enredado en medio de la mentira y la manipulación totalitaria dominante, nos enseñan que, además de unidos, requerimos estar tecnológicamente actualizados, además de organizados.
Esa es una de las razones por las que en Cuba estamos en contraofensiva comunicacional de la Revolución. Hacia lo interno, empeñados en la búsqueda de un nuevo modelo de comunicación y de prensa pública para nuestro socialismo, en pos de superar en este campo, como en otros del modelo, deformaciones y errores, a la vez que buscamos articularnos con todos los que en el terreno de la comunicación persiguen superar el injusto y asimétrico orden infocomunicacional global.
Si algo demuestran los coloquios anteriores, al igual que recientes eventos de este perfil en la Mayor de las Antillas, como el Nueva Operación Verdad y el Segundo Encuentro de Publicaciones Teóricas de Partidos y Movimientos de Izquierda, es que ese orden totalitario se enfrenta a una creciente disidencia que le puede plantar bandera.
Los éxitos de Telesur, Al Mayadeen, Rusia Today, el CMG de China, Prensa Latina, Ideas Multimedios, entre otros proyectos nacionales e internacionales, cuyas experiencias se exponen aquí, son la evidencia de que podemos oponer una multipolaridad infocomunicacional a la dictatorial unipolaridad todavía prevaleciente, si logramos que los debates de este coloquio, como los de otros foros, salten de la denuncia y el análisis a la acción concertada.
Fidel nos ofrecía una nueva lección cuando en el 7mo. Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba, momento en que lo prevaleciente en nuestro país era temer a la expansión de internet, acentuaba que este había sido creado especialmente para nosotros. Lo mismo podría decirse de la inteligencia artificial y todas las novedades por venir.
El líder histórico de la Revolución, uno de los comunicadores políticos más importantes del siglo XX, honraba así la tradición histórica de las luchas cubanas de arrebatarle las armas al enemigo.
De la enorme significación de este evento y sus fines, no solo para Cuba, sino para el mundo, habla la creciente participación: de representantes de ocho países en el primero a más de 30 en el que hoy abrimos, en muchos casos especialistas de muy alto nivel, así como la presencia de representantes gubernamentales. Igualmente, resalta el cambio de concepción. En primer lugar, la decisión de unir la Convención y Feria Internacional de Informática con el Patria, imbricando las tecnologías con quienes deben dotarlas de contenido, así como la amplitud, actualidad y profundidad temática, la presentación de proyectos en 360 grados y el despliegue tecnológico, que incluyó el montaje de una sala inmersiva.
Y algo muy valioso, que este encuentro deje de ser cerrado, solo por invitación, para abrirse al público, presencial y virtualmente, como contribución a esa cultura comunicacional masiva y a esa movilización de la conciencia colectiva de la que estamos urgidos.
El agradecimiento infinito a quienes respondieron a la importantísima convocatoria de este coloquio y a todas las instituciones públicas y privadas que lo sostienen, lo patrocinan o lo hicieron posible, y a los artistas de diferentes ámbitos que lo enriquecieron, como expresión del necesario vínculo entre arte y política.
Unámonos, articulémonos martianamente por la idea del bien de nuestros pueblos.
*Palabras pronunciadas en la inauguración el 3er. Coloquio Internacional Patria
