Madelaine Bernard Mendoza. Autor: Rafael Martínez Arias Publicado: 06/02/2024 | 09:22 pm
BAYAMO, Granma.— En principio da la impresión de ser una joven demasiado seria y de pocas palabras. Sin embargo, Madelaine Bernard Mendoza está lejos de la parquedad o la formalidad excesiva.
Ella, una ingeniera industrial graduada en 2014 en la Universidad de Granma, puede hablar largamente si le espolean el verbo, acude a un chiste si hace falta y sabe ser líder en su día a día.
Por esto último no resultó casual que sus compañeros de la Empresa Laboratorio Farmacéutico Líquidos Orales (Medilip), de Bayamo, la seleccionaran como delegada directa al 12mo. Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, evento que tendrá lugar en unas semanas.
Llegó a esa entidad en 2017 para ocupar el cargo de tecnóloga A en procesos industriales, una responsabilidad que la ha llevado a crecer y a vencer desafíos que no imaginaba. «Soy la encargada de supervisar las mermas en el proceso productivo, debo estar pendiente de todo lo que genera la producción, también me desempeño como inspectora líder en las supervisiones de calidad de las líneas de envases», comenta.
Made, como le dicen casi todos, cree en el camino de la superación constante. De manera que, transitando esa ruta, se convirtió en 2022 en Máster en Tecnología y control de los medicamentos, un pergamino que ostenta «sin creerse cosas».
Entre los reconocimientos que atesora se encuentran el sello Forjadores del futuro (otorgado por la UJC mediante el movimiento de las Brigadas Técnicas Juveniles) y la condición Jóvenes por la vida, ganada en los tiempos complejísimos de la COVID-19.
«Cuando llegó la pandemia, muchos proveedores cerraron contratos con Cuba, tuvimos un déficit muy alto de materias primas, la mayor parte de importación. Entonces se creó un grupo de innovación para que la planta se mantuviera activa. Así surgieron medicamentos naturales o alternativos, como el hipoclorito de sodio al uno por ciento para la desinfección del agua, el hipoclorito al 0,5 por ciento para la desinfección de superficies, el hipoclorito al 0,1 por ciento para la desinfección de las manos, todos aún se producen y comercializan», expresa al respecto.
Esta bayamesa nacida el 4 de agosto de 1991 es, además, la secretaria general del comité de base de la Juventud en Medilip. Con tal responsabilidad en sus hombros desde 2020 ha buscado incentivar en los jóvenes —militantes o no— el amor por la historia nacional.
«Creamos un programa llamado Tour por la Historia de Cuba. Con el apoyo de la dirección de Medilip, hemos visitado Mangos de Baraguá, la casa natal de Fidel en Birán, el Monumento Nacional La Demajagua, la casa natal de Celia Sánchez, el sitio por donde desembarcó el yate Granma, el cementerio Santa Ifigenia, la Granjita Siboney y el Segundo Frente Oriental, entre otros sitios. Siempre la pasamos bien y aprendemos», manifiesta.
Ella cree que las nuevas generaciones necesitan comparar presente y pasado, conocer los sucesos pretéritos en el resto del mundo, prepararse a diario e intentar labrar su propio destino.
«Tenemos muchísimos jóvenes buenos en nuestras escuelas, en nuestros centros de trabajo, pero hay que estimularlos, incentivarlos, no usar la misma retórica de siempre. Debemos mostrarles la sociedad tal cual es, con sus retos, con sus carencias, pero también demostrarles que sí es posible lograr otras cosas», reflexiona ante la proximidad del Congreso.
Su elección a esa cita provocó alegría inmensa entre sus familiares. «Para mi madre, Rosario, y mi tío, Alfredo Mendoza, fue todo un acontecimiento que los llenó de orgullo. También me llamaron familiares que viven en otras provincias para felicitarme».
Espoleada por ese reconocimiento, el abrazo de sus seres queridos, el beso infinito de su progenitora, Made piensa seguir haciendo por la familia, la fábrica y por Cuba.