Elisa asegura que estos tiempos exigen de jóvenes motivados para hacer. Autor: Tomada del periódico ¡Ahora! Publicado: 16/01/2024 | 09:20 pm
Larga, lenta y difícil hallaron la marcha hacia el punto más alto de Cuba los 30 jóvenes de la Fiscalía General de la República. Cuando llegaron en junio pasado a la casa de los Medina, la familia que formó el Quinteto Rebelde, el guía les dio una disertación acerca de aquel entorno y la determinación de quienes fraguaron la Revolución.
«Aprendemos Historia en la escuela, pero hay particularidades, detalles y anécdotas por conocer siempre. Se nos abundó sobre cómo fueron creándose caminos en la Sierra Maestra, para aplicar la guerra de guerrillas, y las razones por las cuales Fidel, con su visión de Comandante en Jefe, ubicó la Comandancia General del Ejército Rebelde en La Plata», expresa la joven holguinera Elisa Liset Hernández Mulet.
No pudieron esa semana llegar a la cima, ya que las lluvias fueron intensas en la región oriental, pero fueron a Manzanillo y Las Coloradas, visitaron La Demajagua y la Casa Natal de Celia Sánchez Manduley, y andaron hasta donde desembarcó el yate Granma. Palparon a Cuba desde los inicios de su lucha, observando la Bandera del Diez de Octubre y el sitio en el cual se les dio la libertad a los esclavos.
«Se dice que para subir el Pico Turquino hay que tener buena condición física, porque es exigente el ascenso, por la distancia, la topografía y las dificultades del trayecto. Haber sido deportista (fue atleta de pelota vasca hasta edad juvenil) y mantenido toda mi vida la preparación física me ayudó muchísimo.
«Estoy activa en la bicicleta, que empleo para ir al trabajo y otras cuestiones, y antes asistí a un gimnasio. A esa altura es diferente el ritmo de respiración, se siente el cambio», comenta la delegada directa al 12mo. Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), quien es trabajadora de la Fiscalía Provincial, en el departamento de Organización y Planificación.
En la cita juvenil de abril de 2024 refiere que hablará de las preocupaciones de la juventud de su sector. «Debatiremos temas medulares de la sociedad cubana, que no es la misma de hace cuatro años ni de los 80. Hablaremos acerca de qué hemos hecho o qué nos falta por hacer, y se escucharán, seguramente, ideas innovadoras».
—¿Cómo imaginas el futuro después que termine el próximo Congreso de la UJC?
—Desde allí trataremos de elevar la calidad del trabajo de la organización y la Revolución. Ahora hay un gran reto, no solamente para la juventud, para todas las generaciones que estamos aquí en Cuba, que pretendemos desarrollar un proyecto de vida, cuyos objetivos busquen más desarrollo, economía y mejoras productivas para, como salimos del período especial, reponernos de esta difícil etapa. Queremos jóvenes que se sientan motivados a formar familia, trabajar y estudiar en su patria, en la que hay oportunidades de cursar una carrera y prepararse, entre muchas otras.
—De los fiscales casi siempre se valora su labor de acusador. ¿Cuánto más abarca el desempeño de tu profesión?
—La imagen que normalmente posee la población de la Fiscalía es la de quien que va ante un tribunal y acusa a alguien. Pero es mucho más, pues ella vela por la legalidad en todos los sentidos. Por ejemplo, en el Departamento de Protección a las Familias y Asuntos Jurisdiccionales, se prioriza el tema de las casas de niños sin amparo familiar, las casas de abuelos y los procesos civiles.
«Tenemos la atención a la población, por lo que quien presente una inquietud, una queja o pida ser orientado, puede llegar a la Fiscalía, explicándosele en el momento cómo actuar. Y también se supervisa la legalidad en establecimientos penitenciarios, cumpliendo el deber constitucional de proteger al ciudadano limitado de su libertad. No es solo alguien con una toga puesta, que va ante un estrado. Si una persona comete un delito, quien lo defiende es el abogado, pero quien defiende a la víctima y al Estado es el fiscal, ejerciendo la actividad penal pública».
—¿Cuán importante consideras al universo juvenil de los centros de la Fiscalía?
—Mi comité de base actual está integrado por ocho militantes. Es un grupo que se caracteriza por la disciplina en la asistencia a reuniones y entrega de cotización, y es entusiasta, realiza donaciones de sangre, va a trabajos voluntarios y da el paso al frente en matutinos u otras actividades.
«Tenemos bastante trabajo; sin embargo, también incidimos en el universo juvenil, dado que hay que tomar en cuenta a nuestras compañeras y compañeros, invitándolos a reuniones y otros momentos de recreación o intercambio, porque en realidad de ahí surge la cantera de la UJC».
—¿Cómo es Elisa fuera del estrado y la jornada de ocho horas?
—Me gustan la balada y el pop, la música española, cubana y latinoamericana, y escucho temas en inglés, pero en menor medida que cuando estaba en la universidad, estudiando la Licenciatura. En mis tiempos libres toco guitarra, disfruto de algún que otro show musical o de participación, y estoy en familia, compartiendo con mi sobrinita de dos años de edad.