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Luego de la acción Melba y Haydée fueron encarceladas. Autor: Archivo de JR Publicado: 19/07/2023 | 10:39 pm
No es con sangre como pueden pagarse las vidas de los jóvenes que mueren por el bien de un pueblo; la felicidad de ese pueblo
es el único precio digno que puede pagarse por ellas.
(Fidel, La historia me absolverá)
Taller es la vida entera. Taller es cada hombre. Taller es la patria.
José Martí
Llegamos al Hospital Civil bajo una balacera terrible. Los muchachos peleaban con coraje, con gran valentía. Las enfermeras, el personal de hospital, la gente del pueblo, se identificaban con nosotros. Algunos ayudaban a cargar las escopetas calibre 22. Son ellos también combatientes del Moncada. El fervor patriótico de los jóvenes contagiaba a todos.
Mis compañeros fueron los hombres más valientes que puede haber. En ningún momento perdieron la serenidad ni se rebajó la moral. Allí, en el hospital, Yeyé se creció. Ella conocía algo de colocar vendajes y curar heridos. En el central donde nació —y que hoy lleva el nombre de Abel Santamaría Cuadrado— Yeyé se había puesto a trabajar junto al médico para atender a los campesinos y a las familias pobres. Ahora, en el hospital, aplicaba sus conocimientos atendiendo no solo a los heridos nuestros, sino a las dos bajas que tuvo el enemigo. Yo no tenía experiencia de enfermera, pero creo que lo hice lo mejor que pude…
(Relatos de Melba Hernández, Compilación del Centro de Estudios de Historia Militar de la FAR, tomo II. El Moncada: La acción).
Nota: Juventud Rebelde reproduce la sección Anecdotario, que publicó en julio de 1983 como recordación del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos M. de Céspedes.
