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La niñez volvió a inundar esta mañana la Plaza de la Revolución de La Habana al protagonizar el desfile pioneril martiano en homenaje al Apóstol al cumplirse 170 años de su natalicio. Entre las voces a coro, altavoces de los versos sencillos, se cruzaban las pequeñas manos que alzaban con orgullo una rosa blanca de papel.
Adolescentes y niños de las enseñanzas primaria y secundaria de los municipios Plaza de la Revolución, Cerro y Centro Habana desfilaron representando la obra martiana y escenas del devenir de la lucha por alcanzar la plena independencia cubana, que bien defendió el Maestro.
Una infancia tal vez inocente aún, pero capaz de aprender y crecerse, de ser mejor cada día y defender cada uno de sus pensamientos con dignidad, como aseguró en su discurso la presidenta de la Organización de Pioneros José Martí, Lianet Pazo Cedeño, quien añadió que «para ser consecuentes con su legado y el de Fidel», las nuevas generaciones tienen que estudiar y aprender, amar a la Patria y cuidarla por siempre.
Y allí, junto a nuestros niños y adolescentes, estuvieron Jorge Luis Broche Lorenzo, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido y jefe del Departamento de Atención al Sector Social; Jorge Luis Perdomo Di-Lella, vice primer ministro de la República; Aylín Álvarez García, primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas; Ena Elsa Velázquez Cobiella, ministra de Educación, así como otros invitados.
Así, custodiados por el monumento de casi 142 metros de altura, el gran Martí de la Plaza quedó para la historia otro 28 de enero lleno de banderas, versos, rosas y palomas, con el espíritu y la seguridad de los que son la esperanza del mundo.
