27
10mo. Congreso de la FEU. Autor: Adán Publicado: 03/11/2022 | 08:43 pm
¿Podría erigirse un proyecto de país como el nuestro sin maestros? La pregunta, en la asamblea 10mo. Congreso de la FEU de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, provocó reflexiones profundas entre los jóvenes, con la precisión y el acierto de los educadores que en poco tiempo serán, y que tienen el encargo de formar a quienes darán continuidad a la Revolución.
Convencida de que no es posible, Bettina Acosta Núñez, estudiante de Logopedia, llamó a enaltecer el papel del maestro en la sociedad, porque este no solo instruye, sino también forma, siembra valores, enseña a convivir: «Mucho puede hacer nuestra organización por ese propósito, y también para estimular el estudio de carreras pedagógicas, pero necesitamos que esta misión sea asumida por todos».
De esa misma especialidad, Astrid Pardo Díaz afirmó que sentía orgullo de la profesión elegida y del conjunto de virtudes y cualidades éticas, morales y revolucionarias que debe caracterizar a un educador, y, por eso, «al Varona no puede entrar cualquiera». Ha llegado «el momento que se revise ese tema» para que la transmisión de saberes tenga el éxito que buscamos.
«Es peor graduar por cantidad que por calidad, y mientras eso siga así, el maestro no va a tener en esta sociedad el papel que merece», dijo sin titubeos Bárbara de la Caridad Quiala Cárdenas, de la especialidad de Educación Especial.
Otros estudiantes reconocieron que sin educadores no hay ciencia, tecnología, desarrollo, futuro… y no debe faltarles el amor, la sensibilidad, la dedicación y la presteza como defensores de nuestra ideología.
«Si se está seguro de que el camino de la Revolución es un camino de victorias, es porque se tiene la certeza de que la educación es la base de ese camino», aseguró Karla Santana Rodríguez, presidenta de la FEU en el país, quien convidó a los universitarios a seguir generando ideas e iniciativas que se parezcan a su tiempo, convencidos de que el maestro «es el único capaz de transformar al ser humano y a la comunidad donde se vive».
Asuntos reiterativos fueron los criterios para valorar la integralidad, la cual «no puede ser por papeles», dijeron unos, mientras otros enfatizaron en que «no hay integralidad sin incondicionalidad revolucionaria». Se habló, además, de mejorar el transporte hacia y desde la universidad, y también para las actividades extensionistas que realizan en los barrios. La necesidad de ponerle el ojo a la brigada por su capacidad de unir, de debatir y hacer en la base, afloró también en el análisis.
Tanto Jorge Luis Perdomo Di-Lella, vice primer ministro de la República, como Ena Elsa Velázquez Cobiella, titular de Educación, destacaron la madurez, el compromiso y la sinceridad en el debate acontecido entre futuros maestros, síntoma de que tienen conciencia de su papel y momento en la sociedad.
La Ministra reconoció además que muchas veces a la universidad entran estudiantes que no tienen amor a la profesión, y que existen maestros que desestimulan a sus alumnos a elegir una carrera pedagógica, pero también los hay muy enamorados de su labor.
Por eso, hacia el final encuentro —en el que participó también Aylín Álvarez García, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC—, llegó una declaración de principios de esta comunidad universitaria de trabajar duro «para lograr un sistema educativo mejor, desde una clase creativa y sabrosa, y para acompañar desde lo cognitivo y lo afectivo en las aulas a esa generación que crece en medio de tantas dificultades. La semilla de la Revolución está y estará sembrada para germinar y ofrecer continuidad».
