«Fue duro pero vamos a salir adelante», sentenció este jueves el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, a los pies de lo que quedó del tanque 51 —conocido por la población como dos porque fue el segundo en estallar tras el incendio—, durante un recorrido por la base de supertanqueros de Matanzas, donde es constante el ajetreo para borrar las huellas de un fuego de grandísimas proporciones.
Luego de visitar en la jornada de la mañana la provincia de Villa Clara, el mandatario llegó cerca de las tres de la tarde a la zona industrial matancera, para chequear las labores que se ejecutan en el sitio impactado por un incendio que pudo ser extinguido una semana después, con el doloroso saldo de 16 personas fallecidas y cuatro tanques totalmente destruidos.
En el lugar, directivos del Ministerio de Energía y Minas (Minem) y de la Unión Cuba Petróleo (Cupet) explicaron al Jefe de Estado que se trabaja en la demolición del tanque 51, luego de un proceso complejo para cortar el metal con máquinas especializadas. En estos momentos se labora en la limpieza del interior de lo que quedó del depósito, se está extrayendo fundamentalmente coque de petróleo, para luego verificar si la base del tanque no sufrió daños estructurales.
Declararon los especialistas que, de comprobarse que la estructura donde se levantaba ese depósito de combustible no está perjudicada, se construiría allí el primer tanque, para lo cual se cuenta con buena parte de los materiales. Levantar aquí un primer tanque, señaló Díaz-Canel, sería una gran victoria después de tan arduo trabajo.
Según se supo, el pronóstico es que en 90 días puedan quedar demolidos los cuatro tanques siniestrados. Para ello, hombres y mujeres de varias zonas del país trabajan intensamente durante 12 horas diarias, «hasta que tenemos luz solar», dijeron al mandatario, quien indagó entonces sobre la alimentación, el alojamiento y el cuidado, «porque el trabajo aquí es muy duro y tienen que reponer fuerzas».
La primera secretaria del Partido en Matanzas, Susely Morfa González, aseveró que se les ha garantizado el alojamiento, se ha reforzado la comida, se entrega agua de tomar constantemente en las zonas de trabajo y en las próximas horas se montará un puesto de salud para la atención constante a quienes prácticamente no descansan.
El Presidente insistió en la necesidad de que la zona industrial se recupere y quede mucho mejor que antes. Esta instalación tiene que estar bonita, bien ordenada, porque es una de las partes más importantes de la provincia, la zona de desarrollo de esta ciudad, afirmó.
Sobre los proyectos que se trazan para emplazar en un futuro los nuevos tanques, directivos del Minem y Cupet comentaron al Presidente que se están tomando en consideración elementos como la dirección del viento, el espacio entre los depósitos de combustible y la fortaleza de las cubetas que los rodean. «Esto ha sido un aprendizaje, de las cosas malas que nos suceden tenemos que sacar lecciones y experiencias para que no nos vuelvan a ocurrir», subrayó Díaz-Canel.
Bajo un intenso sol y entre la dureza de los destrozos dejados por el fuego, el Presidente caminó la zona y conversó con los obreros que desmantelan las estructuras deformadas tras tantas horas bajo llamas. A ellos les reconoció el trabajo y la heroicidad que están haciendo.