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Encuentran restos óseos de las 14 personas desaparecidas en incendio en Matanzas pero imposible definir identidad absoluta

El doctor Jorge González Pérez, experto forense al frente del equipo multidisciplinario que participó en la búsqueda e identificación de los desaparecidos en el siniestro de la base del supertanqueros, explicó en conferencia de prensa que resultó imposible identificar de forma absoluta los restos

Autor:

Juventud Rebelde

«Debo informar que resulta imposible identificar de forma absoluta los restos encontrados de las 14 personas desaparecidas durante el incendio en la base de supertanqueros de Matanzas», afirmó el doctor Jorge González Pérez, experto forense.

En conferencia de prensa, y luego de transmitir las condolencias a los familiares, en nombre de todos los científicos, peritos y otros especialistas que trabajaron en el proceso de búsqueda e identificación de los restos, significó que lo explicado esta tarde de miércoles se hizo primero con las familias.

«Lo que tenemos son 14 agrupaciones de restos óseos que se corresponden con las 14 personas desaparecidas, pero que no podemos distinguir o diferenciar una de otra y ponerles nombres a estos restos», refirió el experto al referirse a los caídos en el cumplimiento del deber durante el siniestro acaecido el viernes 5 de agosto último.

 «La identificación de los restos se realiza a partir de tres técnicas: el cotejo de huellas dactilares (que en este caso no existen); el estudio de la dentadura (opción que tampoco resulta) y la técnica del ADN, que debido a las altas temperaturas a las que estuvieron expuestos esos restos tampoco es posible».

Por ello, resaltó, hay dos tipos de identificaciones: la absoluta, la cual no podemos lograr y la relativa o parcial, que es la que tenemos. «Nosotros logramos ubicar poco a poco y encontrar 14 restos, si fueran menos lo diríamos, que se corresponden con el número de fallecidos, pero no podemos decir a quién pertenece cada uno de ellos», destacó.

González Pérez resaltó los años de experiencia del sistema de trabajo de la criminalística cubana, con distintas actuaciones en eventos ocurridos en el país y fuera de él, así como precisó que el órgano de instrucción penal es el encargado
de dirigir el proceso que abarca
a los peritos, entre los cuales se encuentran los especialistas de Medicina Legal.

Agregó que Cuba dispone de tecnología avanzada, en correspondencia con el desarrollo del momento actual para cualquier tipo de investigación que se hubiese derivado de este proceso, y recordó que se ha trabajado en innumerables casos, aunque no con estas características, entre ellos la búsqueda de los restos de la Guerrilla del Che en Bolivia y en la llamada Operación Tributo, en la identificación de más de 2 000 cubanos que fallecieron cumpliendo misión internacionalista en diversos países.

Pero, argumentó, en este caso se trata de un incendio de grandes proporciones, y se estima que el centro alcanzó más de 2 000 grados centígrados, lo cual se probará criminalísticamente, y estas altas temperaturas no permiten la utilización de las técnicas conocidas para identificar el ácido desoxirribonucleico denominado por las siglas ADN.

El trabajo en el terreno

El especialista detalló que se realizó una modelación de los posibles escenarios de lo que podrían encontrar una vez extinguidas las llamas, para lo cual tuvieron en cuenta videos hechos por la prensa, entrevistas con las personas que estaban cerca del lugar y las imágenes de drones.

«Con esos datos se procedió a elaborar un plano de la ubicación de todas las personas y equipos en el lugar, que después se utilizó durante la investigación en el terreno para identificar el lugar en el que podrían encontrarse cada uno de los 14 desaparecidos.

«En un horno incinerador de cadáveres como los que hay en Cuba o en cualquier país del mundo, en dos horas, a 800 grados centígrados, se convierte un cuerpo en ceniza. Partiendo de ese concepto, la primera modelación que hicimos era que si las condiciones ahí fueron por el efecto de las llamas podía haberse desaparecido todo.

«La segunda modelación tuvo en cuenta un posible derrumbe sobre algún cuerpo, la caída de tubos o el desprendimiento de algún elemento metálico que pudiese haber caído e impedir una carbonización, o sea, una incineración total. También tuvimos en cuenta el derrame de combustible, por lo tanto los restos podrían estar debajo y la combustión no ser total.

Fue arduo el trabajo realizado en el terreno. Foto: Julio César García/Periódico Girón

«Los peritos estábamos listos, y allí en Matanzas, pero tuvimos que esperar a que se extinguiera el área para comenzar la investigación en el terreno. Estuvimos cuando había áreas incendiadas, había humo, el piso estaba muy caliente, entrábamos y salíamos. Hubo compañeros que hasta se les derritieron los zapatos, porque el piso tenía un calor muy intenso. Hubo dificultades que se fueron superando en la medida en que pasó el tiempo», señaló.

Precisiones de la investigación

González Pérez recordó que, durante la investigación, alrededor del tanque 51 se encontraban 30 personas. Uno de ellos era el joven bombero de Bayamo que falleció en el hospital. De los 29 restantes, 15 fueron entrevistados por los órganos de la instrucción penal y los médicos forenses de Matanzas durante el trabajo inicial para restablecer las fichas de identificación, y quedaron 14 desaparecidos.

«Sobre la base de esa información se hizo un primer plano de ubicación de todos los que supuestamente estaban en el lugar, así como los equipos de extinción de incendios,
los carros cisternas, los vehículos civiles y las pipas de abastecimiento de agua de las constructoras militares que estaban en aquel momento apoyando».

Explicó que cuando los especialistas entraron al área trataron de situar el lugar donde se encontraban los 14 desaparecidos, según los testigos, y supieron que en el primer tanque incendiado se había roto un muro de contención, y se derramó líquido de un cubeto. Desde el primer momento se percataron de que el cubeto tenía un ligero plano inclinado, con áreas más húmedas que otras.

«Esto se consultó con los especialistas del Instituto de Investigaciones del Petróleo, quienes explicaron que en la medida en que pasa el efecto del calor y del incendio el crudo original va perdiendo las sustancias volátiles que lo componen, primero se convierte en una pasta y luego en una piedra denominada coque, que es muy dura y para romperla primero usamos picos y palas y posteriormente martillos neumáticos. Debajo de esas piedras pudimos encontrar 14 pequeños grupos de restos», precisó.

Igualmente, apuntó que se consultó incluso con expertos internacionales de la Red Iberoamericana de Ciencias Forenses, de diversos países de Europa como España y Portugal. «Estamos en disposición de recibir cualquier tipo de información relacionada con este asunto, pero hasta el momento los expertos coinciden con nosotros en que en las condiciones del siniestro, que además les hemos descrito y hemos enviado material fotográfico para su valoración, es imposible aplicar en este caso ninguna técnica de biología forense que pueda identificar».

Comentó que aunque se intentó contactar con expertos de Estados Unidos, lamentablemente no se pudo hacer una videoconferencia mediante la plataforma Zoom, pues su uso está restringido en Cuba debido al bloqueo. «Por tanto, en esas condiciones el equipo nuestro llegó a establecer que resulta imposible identificar de forma absoluta los restos».

 

 

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