Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Ver Más

Cada disparo ejecutado por soldados de la Gran Unidad de Tanques Rescate de Sanguily, Orden Antonio Maceo, fue el más respetuoso saludo a la historia. Autor: David Gómez Ávila Publicado: 31/12/2020 | 06:22 pm

Cuba saluda a su Revolución que llega victoriosa a sus 62 años este Primero de Enero no sin encontrar a su paso obstáculos que han querido deshacerla. Y hasta convidarla a la desunión, porque quienes no perdonan su existencia saben que en ese andar juntos radica el misterio de sobrevivir.

Para homenajearla, 21 salvas de artillería se dispararan a las 12 de la noche de este 31 de diciembre desde la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, en La Habana. Los jóvenes soldados que ejecutan el tiro —al compás de las notas de nuestro Himno Nacional—, confian que esa pólvora salvadora sea un llamado a construir un país donde sus sueños quepan, donde su voz sea la auténtica señal de la renovación en espiral que toda obra revolucionaria debe tener intrínseca.

Cada disparo ejecutado por soldados de la Gran Unidad de Tanques Rescate de Sanguily, Orden Antonio Maceo, es el más respetuoso saludo a la historia. Cada cañonazo, un llamado a construir un país próspero donde el hombre sea la principal razón de ser y su relación armónica con otros y la naturaleza confirmen la alianza que requiere este planeta para que sea más habitable y cordial. Menos amenazado por armas y virus. Menos fustigado por la codicia y la soberbia de una minoría empoderada.

Cuba desde 2005 dispara sus 21 salvas en tres momentos que han enaltecido su existencia: el 28 de Enero cuando celebramos la llegada al mundo de José Martí —el más universal de los cubanos—, en abril —cuando evocamos  la declaración del carácter socialista de la Revolución y la victoria de Playa Girón—, y en ocasión de la celebración del triunfo de la Revolución, cada Primero de Enero.

Sean estos cañonazos toque de hombros para romper la inercia, la apatía, la desidia… Sean estos cañonazos alertas que conminen a no ver los horizontes como retos difíciles e inútiles, sino como oportunidades para crecernos.