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El equipamiento es de última generación. Autor: Ángel Chimeno Publicado: 28/09/2020 | 02:32 pm
Las Tunas.— Todas las iniciativas que se pongan en práctica con el propósito de cubrir la demanda interna de productos básicos y de sustituir costosas importaciones cuentan siempre con el beneplácito público. Proveer a la familia de lo que necesita y aliviar los desembolsos del presupuesto nacional son tareas que el país nunca pierde de vista.
En consecuencia, el inminente debut en esta ciudad de una moderna planta procesadora de granos, especialmente de las distintas variedades de frijol, entraña para los habitantes de la provincia una perspectiva alimentaria esperanzadora en tiempos en que las cazuelas domésticas sobrellevan las carencias y los embates de una angustiosa depresión.
«Esta obra cuenta con financiación nacional y del Proyecto de Desarrollo Rural Cooperativo en la Región Oriental, conocido por Prodecor, una entidad de la Organización de las Naciones Unidas —dice Ángel Zequeira Conde, a cargo de la jefatura de la planta—. Toda su tecnología es de punta y procede de China, Brasil, Panamá y Costa Rica».
Según me explica, la mayor parte de los equipos ya están instalados. También se reportan listos los laboratorios que analizarán la calidad, pureza y humedad del grano al inicio del proceso y en su fase terminal. Ahora los técnicos montan el sistema eléctrico automatizado, una tarea que culminará pronto. A finales de octubre se darán los últimos toques y se realizara una comprobación general.
«Aquí nada se improvisa, pues todo el trabajo se realiza a partir de planos», dice Joel Guerrero, uno de los técnicos montadores de la brigada de la construcción que labora en la parte eléctrica de una de las máquinas de beneficio.
Metodología productiva
El equipamiento es de última generación.
Cuando todo esté a punto y la materia prima no falte, la planta tunera estará en condiciones de procesar y empacar diariamente 60 toneladas de frijoles, cosechados en áreas agrícolas del territorio. La transportación desde el campo hasta la instalación fabril se realizará en dos camiones marca KP3 con remolques, también de factura asiática.
«Al llegar a la planta, los frijoles transitan por varios equipos —apunta Zequeira—. Inicialmente, se pesan en la báscula y se les toman muestras para su análisis en el laboratorio. Luego se benefician en una máquina que separa el grano de impurezas tales como piedras y tierra».
El directivo me invita a recorrer las áreas de la planta. Son de grandes dimensiones, con espacios ventilados y prácticos. El ajetreo se aprecia por doquier. Los equipos emplazados —todos vírgenes— resplandecen y aguardan el momento de entrar en actividad. Se respira un saludable ambiente de preparativos. El colectivo ansía que su fábrica tome la línea de arrancada y comience a producir.
«Después del primer beneficio, los frijoles pasan a la torre de secado, donde se les elimina la humedad mediante los gases calientes generados por este horno —señala Zequeira, al tiempo que abre la portezuela del equipo—. Trabaja con leña y cascarilla de arroz, y solamente en ocasiones con petróleo. Un operario controla la generación desde una pizarra automatizada, según se necesite».
El siguiente paso en el procesamiento y beneficio del grano es su clasificación. Una máquina los separa en dependencia de sus tamaños: grandes, medianos y pequeños. Después, otra se encarga de pulirlos hasta dejarlos lustrosos y sin vestigios de suciedad. Todos los equipos son como eslabones de una cadena llamada a cumplir su cometido técnico.
Finalmente los frijoles, ya clasificados y limpios, van a parar a un artefacto que los empaqueta en bolsas plásticas rotuladas, con capacidades que fluctúan entre los cinco y los 45 kilogramos. Una estera inclinada las va trasladando hasta el área de almacenamiento. Luego las bolsas se destinan al comercio interior e, incluso a la exportación.
¿Hay garantías de materia prima?
La instalación es de grandes dimensiones.
Pero no solamente frijoles procesará la planta tunera. El maíz también figura entre sus materias primas.
«Los lotes de maíz llegan desde las formas productivas que los cultivan —dice el ingeniero Luis Aveleira, jefe de servicios de la Empresa Mayorista de Productos Alimenticios de Las Tunas—. Su procesamiento es mucho más sencillo, pues solamente requiere secado con vapor y almacenamiento en los silos, cada uno con capacidad de 500 toneladas. Su destino final es la fábrica de piensos de la Empresa Porcina».
La directiva de la planta tunera tiene el compromiso de ir a buscar el frijol y el maíz en cualquier lugar que se los coloquen. Incluso, si en algún momento les faltaran, sus trabajadores están dispuestos a negociarlos y trasladarlos desde otras provincias. De lo que se trata es de no detener el ciclo productivo, a no ser por una fuerza mayor.
«En unas semanas comenzará a sembrarse frijol y maíz en las áreas agrícolas de la provincia, de manera que la próxima cosecha será toda nuestra —interviene Zequeira—. En el caso del frijol, en tres meses y días ya está parido. El maíz lo hace tal vez un poco antes. Tenemos muy buenas relaciones de trabajo con los compañeros de la Delegación Provincial de la Agricultura. Tanto ellos como nosotros estamos por la misma causa, que es fomentar el alimento del pueblo. Hay garantías de que siempre haya frijol para procesar».
Cultura del detalle
Se trabaja intensamente en los detalles exteriores.
Si la planta de procesamiento de granos de Las Tunas admira por su tecnología de última generación, también asombra por los detalles que su colectivo laboral potencian en materia de limpieza y estética de sus áreas exteriores. En efecto, el visitante no puede hacer menos que elogiar todo lo que allí se hace en los viales, la pintura y la jardinería.
La principal vía de acceso a la planta va recubierta de adoquines de concreto (más de 100 000). Resultan fáciles de manipular, de gran resistencia y de rápida instalación. Una cerca perimetral concebida con criterio artístico le otorga al conjunto fabril un toque de belleza, con sus colores verde y crema que en lo adelante la identificarán. Unas áreas verdes bien trabajadas completarán el mural.
«Contamos con todo el mobiliario que lleva la planta y hasta con los uniformes, gorras y botas que vestirán nuestros trabajadores —agrega Zequeira—. Cuando arranquemos en octubre queremos que todo esté como lo hemos pensado. Esta procesadora de granos debe convertirse en orgullo de la provincia. Tenemos condiciones para conseguirlo».
Visitantes de primer nivel no le han faltado a la planta.
«Por acá hemos recibido la visita de Salvador Valdés Mesa, Vicepresidente de la República —recuerda Zequeira—. También de Gustavo Rodríguez Rollero, Ministro de la Agricultura, así como de autoridades de la provincia. Todos se han llevado buena opinión, pues se trata de una de las plantas más completas del país. Nos manifestaron su confianza en que sabremos estar a la altura de las circunstancias».
