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Nasobuco: el que llegó para quedarse

Autor:

JAPE

Para ser sincero, yo pensé, en un inicio, que la palabra nasobuco era una voz asiática como Kawasaki o Tamagochi.  Como en esa región fue la génesis de la pandemia, bien podría extenderse el vocablo junto con el nuevo coronavirus. Sin embargo, en recientes lecturas de artículos especializados, pude constatar que no es así, incluso algunos estudiosos consideran que Cuba es uno de los pocos países de América, en que se le llama así a esta prenda o herramienta que protege la nariz y la boca de la salida y entrada de microbios y bacterias.

 Los más avezados conceden al pueblo cubano esta licencia lingüística por su profunda relación con la comunidad médica y científica que es donde realmente se utiliza más este neologismo refiriéndose a la región nasal y bucal (nariz y boca) pertenecientes al sistema respiratorio.

 Para otros países es menos complicado y simplemente lo llaman tapaboca, cubreboca, mascarilla, o barbijo… Lo importante en todos los casos es mantenerlo bien puesto y no utilizarlo como sombrero, antifaz, cubrementón o «tapa güergüero», como lo llamaría mi abuela cuando se trae enroscado al cuello como si fuera una venda que cubre una traqueotomía.

 Lo cierto es que el nasobuco (o como quieran llamarle) ha llegado para quedarse por tiempo indeterminado y con grandes posibilidades de que sea una prenda que llevaremos en nuestra cartera o bolsillo como se lleva un pañuelo, las llaves o la billetera.

 Ya forma parte de nuestro atuendo y aunque muchas veces lo olvidamos al salir de la casa y tenemos que regresar a buscarlo, es un componente que ha tomado vital (y léase bien: vital) importancia.

 Como todo lo novedoso en el vestir, el nasobuco no escapa a la moda. Su confección ya alcanza ribetes de personalización. Lo mismo se combina con los colores de ropa, zapatos, gorra, pañuelo de cabeza, collares, pulseras... Cuando su color no juega con nada de lo antes expuesto es que está combinado con las bragas, ajustadores o calzones que portamos. En este caso no es recomendable averiguar demasiado.

 Los diseños y materiales de confección son disímiles. Aquellos más espirituales, artísticos y sensibles, le hacen dibujos, bordan flores, le incrustan alguna pegatina de su empresa, club deportivo favorito o el nombre de su amada o amado. No se debe malinterpretar en caso que tenga dos nombres plasmados. Puede ser su esposa e hija o hijo, padre y hermano… en fin, si no es así, tampoco es un asunto que a usted le incumba: ¡cada cual pone en su nasobuco lo que le venga en gana! Dije lo que le venga en gana, no donde le dé la gana; ya de eso hablamos y espero haya quedado claro, aunque lo dije con el nasobuco puesto.

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