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Tres urgencias de la economía cubana de cara a 2020, y en medio de muchas dificultades externas e internas, son: disminuir el alto componente importado del turismo, elevar la eficiencia del proceso inversionista y transformar la empresa estatal socialista confiriéndole mayor autonomía, afirmó Alejandro Gil, ministro de Economía y Planificación, en una conferencia magistral en la Jornada Científica Anual del Instituto Nacional de Investigaciones Económicas (INIE).
Gil calificó a esta tríada como «asignaturas pendientes», a pesar de todo lo que se ha hecho en 2019, en medio de un arreciamiento del bloqueo económico, comercial y financiero estadounidense como nunca antes, que nos agrede con nuevas y severas medidas de semana en semana.
Señaló que, en medio ese hostil panorama, lo hecho todavía es insuficiente, pero se han dado pasos para evitar la caída brusca del Producto Interno Bruto, resistir los embates y no renunciar al desarrollo. En tal sentido, enfatizó en que, aun con todos los contratiempos, se crean las condiciones para no vivir un segundo período especial.
Precisó que en 2019 se adoptaron medidas positivas, como el aumento salarial en el sector presupuestado, que ha logrado neutralizar el éxodo de fuerza de trabajo allí, y el comienzo de la venta de artículos de alta gama en moneda libremente convertible, lo cual posibilita a la economía recuperar divisas frescas que antes se escapaban con los viajes de cubanos a otras naciones.
Indicó que estas y otras medidas estructurales y funcionales de saneamiento económico tienen y tendrán costos a lo interno, pero el peor costo sería el de no hacer nada y quedarnos como estamos.
Para 2020, expresó, se confeccionó por vez primera un Plan de la Economía tenso y realista, sin directivas específicas y desde abajo, con los aportes y criterios de los trabajadores. Un plan diseñado de modo realista, y bajo el principio de que no incremente el endeudamiento externo del país.
Insistió en el alto componente político-ideológico que trasunta fortalecer y liberar las fuerzas productivas a la empresa estatal socialista como eje central de la economía, pues de no lograrlo estaremos transmitiendo a las nuevas generaciones que el sueño de la prosperidad se realiza solo en la propiedad no estatal.
En la sesión inaugural de la Jornada Científica del INIE, un panel de investigadores abordó la trascendencia estratégica que tiene el fomento de los encadenamientos productivos en cadenas de valor que transversalicen horizontalmente la economía cubana.
