La muchachada se divirtió a su gusto en la playa Ancón, de Sancti Spíritus. Foto: Aliandys Lazo Otero Autor: Juventud Rebelde Publicado: 10/08/2019 | 06:33 pm
Cuando en los pasillos de la Universidad de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus se corrió el rumor de que este año la provincia oganizaría por vez primera un campamento de verano para jóvenes de su enseñanza, el fomentense Daniel Medina, estudiante de tercer año, quiso enseguida averigurar.
«Yo tenía la experiencia de eventos parecidos desde que cursaba el preuniversitario —dice—. Pero esta propuesta de la UJC y la FEU es distinta y supera mis expectativas. Compartir con compañeros de otras instituciones propicia hacer nuevos amigos e intercambiar con ellos nuestros criterios».
Alumno ayudante de la especialidad de Nefrología considera que las opciones del campamento «se parecen a un ajiaco», pues hay de todo y para todos los gustos: piscina, centros nocturnos, conferencias, visita a sitios históricos, trabajo productivo, diálogo de generaciones y viaje a la playa.
«Para disfrutar del verano ya no es imprescindible salir de la provincia. Es un gran estímulo para los jóvenes destacados. Aquí en el campamento, además de diversión sana, hay enseñanza y camaradería. Se trata de algo que no podemos satisfacer en la etapa académica, porque la rigurosidad del calendario y los programas de estudio no nos lo permiten», asegura.
Junto a él, Lídice Carballo, estudiante de Derecho, aprueba con la cabeza cada palabra de este amigo acabado de conocer. Ambos aguardan por el comienzo del conversatorio sobre el legado del Comandante en Jefe Fidel Castro a las nuevas generaciones, a cargo de un profesor del territorio.
«El campamento combina el recreo con la ideología —acota—. Aquí adquirimos nuevos conocimientos sobre nuestra historia, pues el programa incluye también visitas a museos. Y si de diversión se trata, bueno… ¡gozamos de lo lindo! Todavía me río recordando los bailes improvisados en el karaoke».
El campamanto espirituano acoge, además, a unos cien jóvenes procedentes de diversos sectores de Villa Clara.
«He conocido lugares que nunca pensé visitar, como la bella Trinidad. También hice nuevas amistades. Nos comprometimos a comunicarnos y a preservar el vínculo», asegura Eddy Hidalgo-Gato Calzada, oficial del Minint en esa provincia.
La villaclareña Marienys González, estudiante de Economía, dice que las opciones del campamento fueron excelentes. Según sus propias palabras, «me encantaron los museos trinitarios y el Valle de los Ingenios. A mi regreso les daré detalles de esta experiencia a mis amigos de Santa Clara en pleno parque Vidal. Les diré que este año mis vacaciones tuvieron un toque con swing».
Campamento a la matancera
Alternar con el entorno, ahondar en la historia, propiciar nuevas amistades y ofrecer diversión figuraron entre las ofertas de los tres campamentos de verano que organizó para 300 estudiantes y jóvenes la siempre seductora Matanzas.
«Esto comenzamos a prepararlo con tiempo suficiente, de forma tal que no quedaran cabos sueltos. Intentamos que nuestros visitantes la pasaran lo mejor posible, pues se trató de jóvenes muy destacados en diferentes esferas», precisa Yosiel Oliver, del departamento ideológico de la UJC yumurina.
Entre los momentos más disfrutados por la muchachada, figuró el concierto que el popular y carismático dúo Buena Fe les regaló en el centro cultural Las Palmas. También tuvieron excelente acogida la buena música y los bailables en las instalaciones La Atenas de Cuba, Mi salsa y Vía Boca.
Pero si de recrearse en grande se trata, el viaje a Varadero clasifica entre lo mejor. Zambullirse en las aguas de una de las playas más lindas del mundo y tumbarse en su arena a tostarse la piel perdurará durante mucho tiempo en el recuerdo de los visitantes a la Atenas de Cuba. ¡Pero no fue ese su único contacto marino! También se les organizó un festejo en la playa Buey Vaca y una ruta histórica a través de las áreas naturales del campismo Canímar Arriba.
En una ciudad llena de encantos como Matanzas, un grupo de estudiantes habaneros visitó el hospital pediátrico Eliseo Noel Caamaño y sitios de interés del casco histórico, como los proyectos socioculturales de la Calle Narváez y el Teatro Sauto (Monumento Nacional). Los acompañó en el periplo Leonel Pérez Orozco, director de la Oficina del Conservador, quien hizo referencias a los retos que le aguardan a la urbe para mantener sus valores patrimoniales y culturales.
«La estadía y las actividades contaron con los aseguramientos debidos, como las coordinaciones, el transporte hacia los lugares previstos, una buena alimentación y condiciones de hospedaje. Nos reconforta que nuestros visitantes quedaran satisfechos con las ofertas. Teníamos el deber de que se llevaran un buen recuerdo», dice Visleidy Ramírez Brito, quien integra el Buró Provincial de la UJC matancera.
Las opiniones de algunos visitantes reflejan su aprobación:
Roxana Mendoza (18 años, estudiante de Lengua Inglesa en la Universidad de Matanzas): «Es bueno contar con estas opciones para los jóvenes. El país las propicia a pesar de las difíciles condiciones económicas por las que atravesamos».
José Alberto Ríos (ingeniero informático): «Estos campamentos son espacios ideales para el intercambio, conocer la historia local y de la organización juvenil, ahondar en los aspectos económicos de la provincia y visitar lugares emblemáticos».
Las Tunas abrió sus brazos
«Nunca había visitado esta ciudad, y el campamento de verano me dio la oportunidad de conocer sus atractivos», asegura José Mariano Rojas, joven trabajador de la Empresa Eléctrica de Holguín, donde preside un comité de base de la UJC. Y añade: «Recorrí sus sitios principales y he quedado admirado por todo».
Mientras hablamos permanece abrazado a su esposa, Yalena Céspedes, también militante y con la cual cumplió aniversario de matrimonio por estos días. Como su cónyuge, es la primera vez que pisa suelo tunero. «Retorno a mi provincia contenta por la experiencia. Aquí dejo a muchos amigos. ¡Gracias!».
Los anfitriones les prepararon a los visitantes un intenso y variado programa de actividades, que incluyó una cena en el céntrico Restaurante 2007, una velada en el centro cultural Huellas, una visita al Café Cantante de Artex y un paseo por la Noche Tunera, el espacio estrella de los sábados.
El municipio de Majibacoa les propició a los jóvenes combinar el trabajo productivo con el conocimiento de la historia. En efecto, las veraneantes dedicaron una de sus jornadas a labores agrícolas en una finca de cultivos varios. Luego visitaron el poblado de San Joaquín, donde se encuentra el museo de la Comandancia de la Columna 12, adscripta al IV Frente Oriental del Ejército Rebelde Simón Bolívar.
«Este campamento confirmó que opciones de este tipo gozan de aceptación entre los jóvenes por la variedad de las ofertas, acota Yasmani Velázquez, secretario del comité UJC de la Universidad de Las Tunas. También por lo que ellos mismos son capaces de crear. En las villas donde se hospedaron hasta organizaron entre ellos shows humorísticos muy buenos».
Otras atracciones que recibieron el beneplácito de quienes visitaron Las Tunas fueron la visita a la playa La Boca, combinada con opciones recreativas a cargo del personal de la Dirección Provincial de Deportes. Y a propósito, algunos prefirieron plantarse ante el televisor a disfrutar de las transmisiones desde Lima de los Juegos Panamericanos.
Sitios emblemáticos de la ciudad, tales como el Parque Temático, la Casa Insólita (única de su tipo en Cuba), El Cornito (lugar de nacimiento de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, El Cucalambé), el Parque Zoológico, el Parque de Diversiones, los bulevares y la heladería Las Copas fueron también visitados por el contingente juvenil de avanzada.
«Los campamentos de verano llegaron para quedarse —asegura Yudier Comendador, miembro del Buró Provincial de la UJC en Las Tunas. Es la cuarta vez que los organizamos aquí, pues anteriormente recibimos a jóvenes de Camagüey (dos veces) y de Ciego de Ávila. Cada uno ha entrañado un compromiso de superación. Y este de ahora no es la excepción».