Ledier Rosales Bravo, el hombre araña de Cuba (+ Fotos y Video)

SANCTI SPĺRITUS.— Dos cuerdas y los arneses son las únicas ayudas para escalar con sus piernas y brazos. Los altos niveles de adrenalina se convierten en la gasolina especial. Los deseos de trabajar resultan el valor añadido para terminar las metas impuestas. Suficientes razones para que el cardenense Ledier Rosales Bravo desafíe, como parte de su labor diaria, las alturas.

Apodado en Sancti Spíritus a voz en cuello como «el hombre araña», este joven de 27 años se pasea como Pedro por su casa por los más de 30 metros de la torre campanario de la Iglesia Parroquial Mayor. Ya suman tres veces las solicitudes que ha recibido para ser el dueño de una de las vistas más encantadoras que nos puede regalar la urbe del Yayabo.

«Tengo una máxima que dice si me caigo de 10 metros me quedo joroba´o, si es de 100 me mato. Es mejor caerse de lo último», utiliza como carta de presentación, este operario especializado en trabajo de alto riesgo en el sector de la construcción.

Esta suerte de alpinista de ciudad aprendió los gajes de su oficio en una entidad de Emprestur, en Varadero, donde, precisamente, tuvo su primer encuentro con las elevaciones.

Fotos: Lisandra Gómez Guerra

«Hace siete años comencé y el primero fue en Bella costa, un hotel en esa playa con unos 29 metros. Pero, el más alto ha sido el Santa Clara libre con más de 40», dice con más expresión en los ojos que los vocablos que deja escapar.

Ya en las alturas el resane y pintura a las paredes se convierten en su centro de atención. Cada una de ellas sortean las inclemencias del tiempo.

«Después de que el viento esté a 40 kilómetros por hora tienes que bajar porque te zarandea mucho. Eso lo viví en carne propia en la torre panamericana en La Habana, la cual me impresiono porque está cerca de la costa y el aire me batuqueaba con fuerza. El sol te castiga mucho más y el sudor se hace, doblemente, incómodo», añade, mientras coloca cada uno de los elementos que lo mantiene seguro en el ascenso y descenso.

Trabajador por cuenta propia, ya ha conocido desde muy cerca del cielo las bellezas de gran parte de esta Isla. Tiene como deuda las de Pinar del río y Cienfuegos.

«Sancti Spíritus es una ciudad muy linda, pero Santiago de Cuba me encanta porque cuando vas llegando tienes una loma. Al subirla sólo vez el mar. Nadie imagina que, en un hueco entre ambos, se crece una urbe tan hermosa», acota.

(Mira aquí el video del hombre araña cubano)

—¿Por qué jugarte la vida?

—Me gusta sentir mucho la adrenalina. Me siento muy cómodo allá arriba. La gente me grita loco, come… y otras muchas cosas más. Pero, solo los miro. Se hacen muy pequeños desde lo alto para hacerle caso. Hay varios jóvenes que han aprendido esto en la calle o en grupos de espeleología. Y eso es muy bueno porque tenemos varios edificios en Cuba, sobre todo, de alto valor patrimonial que requieren de atención. Lo único que les aconsejo es que se aseguren mucho para que como yo puedan decir que nunca he sufrido ningún accidente», dice, mientras tira fuerte de las cuerdas que aguantan dos toneladas de peso para iniciar su jornada laboral.

Próximamente, Ledier Rosales Bravo le regalará su espectáculo, al estilo del francés Alain Robert, a La Habana en su retoque visual, en vísperas de sus 500 años.