Las principales afectaciones fueron las cubiertas de los techos de las habitaciones y del comedor. Autor: Margarita Barrios Publicado: 08/03/2019 | 10:56 am
«Las principales afectaciones fueron las cubiertas de los techos de las habitaciones y del comedor. También una parte de la escalera tuvo derrumbe y se dañó parte de la carpintería de puertas y ventanas», expresa Eliecer Abigail Huerta Rojas, director de la residencia estudiantil La Asunción.
Ubicada en la barriada de Luyanó, en el municipio capitalino de Diez de Octubre, el tornado del 27 de enero último se ensañó con el local, donde residen 312 maestros de otras provincias que imparten clases en centros escolares de educación primaria, secundaria básica y preuniversitario de ese territorio capitalino.
«Ahora los profes están divididos en dos villas, la del Cotorro y la de San Miguel, y otros están en casa de familiares o de alumnos. La restauración marcha bien, pensamos que pronto puedan regresar para acá», destacó.
El Director nos recibe con ropa de trabajo y un tubo de luz fría en la mano, pensamos que era un constructor más. «Los administrativos que nos mantenemos aquí apoyamos al contingente en lo que podemos», afirmó. «Todos los días recogemos escombros y limpiamos para que cuando lleguen a trabajar al día siguiente no encuentren estorbos, y los fines de semana vienen los profes a hacer trabajo voluntario», destacó.
—¿Tuvieron algún herido? ¿Alguien resultó dañado por el paso del tornado?
—No, no tuvimos esos problemas, a pesar de que todos estábamos aquí. Habíamos terminado de comer a las 8:30 y el tornado pasó 15 minutos después. Por suerte ya los profes estaban en sus habitaciones.
«El susto sí fue grande y la conmoción de ver cómo había quedado todo, pero nos estamos recuperando y para mejor, porque la villa está recibiendo una reparación capital y muchas cosas que estaban deterioradas también están siendo remozadas», significó.
En este sentido Pedro Perdomo Expósito, director de la Unidad Básica Empresarial del Contingente Julio Antonio Mella, del Ministerio de la Construcción, que asume la obra, precisó que el área socio-administrativa ya está terminada, y están concluyendo el comedor y las cubiertas.
«Entramos el 4 de febrero y esperamos terminar para el 30 de marzo; esa es nuestra meta, pero sin poner en riesgo la calidad. Tenemos todos los recursos necesarios y estamos avanzando a buen ritmo», significó.
En total trabajan en la obra cien hombres divididos en cinco brigadas especializadas, «estamos haciendo un gran esfuerzo, sin desdeñar la calidad», argumentó.
En ese sentido Eliecer asegura que la villa quedará mucho más confortable. «Se han puesto los falsos-techos nuevos, muchos se dañaron y se colocaron también en la cocina, que no tenía; además había filtraciones, por lo cual se levantó el piso a nivel de placa para tirar toda la instalación hidráulica y sanitaria nueva.
«Los juegos de baño también son nuevos —los lavamanos con encimeras de mármol— así como la carpintería de aluminio se está cambiando. Se van a enchapar la cocina y los baños, y también llegarán muebles nuevos; nada, que la instalación no solo se recupera, sino que quedará mucho mejor y más bonita», destacó.