Asamblea Caimanera. Autor: Adán Iglesias Publicado: 21/09/2017 | 06:01 pm
CAIMANERA, Guantánamo.— Funcionó como uno de esos enamoramientos a primera vista. Él, un joven informático de la emisora municipal Radio Bahía, de los denominados nativos de la era digital, apasionado por las redes sociales y el ciberespacio en general. Ellos, un grupo de periodistas y realizadores de ese medio de comunicación, integrantes de su comité de base de la UJC, con una encomienda de la organización: alzar la voz de los jóvenes caimanerenses en Internet.
Imbuido en ese «flirteo», Yoiset Coto no atina a discernir en qué momento la UJC, personificada en una decena de militantes, colegas de labor, anidó en su espíritu de cubano convencido de las razones para sentirse más orgulloso, precisamente allí donde el imperialismo no es discurso de barricada, sino expresión palmaria de la prepotencia de una política que mantiene por más de cien años una base militar en nuestro suelo, erigida hoy como campo de terror.
Por eso el joven reconoció ante los más de 50 delegados a la asamblea municipal de la UJC en este territorio que, a pesar de que ahora «no pertenezco a la organización juvenil, me siento parte de ella, al contribuir a situar nuestra verdad en esos espacios de confrontación de ideas en que han devenido la página web de la emisora y las redes sociales», argumentó.
También el joven trabajador por cuenta propia Eulice Durand intervino de forma destacada en la asamblea caimanerense. Desde hace meses la militancia juvenil llama con insistencia a su puerta. «Me dedico al negocio de las impresiones gráficas y siempre resalto en estas el valor de las nuevas generaciones de cubanos que aquí mismo hacemos parte de la épica historia de resistencia de nuestro pueblo», sostuvo.
Y ese tono primó en los debates del foro de la militancia juvenil, que antes involucró a decenas de jóvenes en la Conexión necesaria, «un proceso que en todo el país ya reunió a más de 370 000 muchachas y muchachos sin esa condición política, quienes expusieron sus visiones, expectativas e intereses, y participaron en nuestros espacios de diálogo e hicieron propuestas que la organización tiene y tendrá en cuenta», explicó Joan Abel Palmero, integrante del Buró Nacional de la UJC.
En ese contexto resultaron inevitables para los militantes las referencias al recién iniciado proceso de diálogo entre los Gobiernos de Cuba y Estados Unidos para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, como anunciaron los presidentes Raúl Castro y Barack Obama el pasado 17 de diciembre.
La joven Odeilis Sánchez Ramírez, del centro educacional Rubén López Sabariego, expuso su optimismo por la noticia, «que devino victoria de los cubanos dignos en estos 56 años; pero no debemos confiarnos: vendrán desafíos ideológicos para los que debemos prepararnos más, aportar mejores argumentos y, sobre todo, predicar con el ejemplo», opinó.
Olga Pérez Guerra, primera secretaria de la UJC en el municipio —ratificada para ese cargo—, argumentó que en ese y otros centros educacionales se concentra el mayor número de niños, adolescentes y jóvenes, estos últimos con la misión de formar a las nuevas generaciones; «de modo que los dardos de la subversión ideológica se dirigirán hacia allí, y debemos cerrar filas, aprovechando todos los espacios y los proyectos recreativos y de participación», razonó.
En esa cuerda, el militante Carlos Manuel Vega Fernández, del centro mixto Pavel Rojo García, instó a trabajar sobre los puntos vulnerables que están identificados por la organización en cada lugar: «Elevar el conocimiento sobre la rica historia de la localidad, atender adecuadamente a los jóvenes desvinculados del estudio y el trabajo, y fomentar un clima de entusiasmo y participación para que nadie intente aprovecharse de las dificultades económicas y carencias materiales de la población», enumeró.
Fredy Vega Sánchez, miembro del Buró Provincial del Partido, esbozó la creciente responsabilidad de la militancia juvenil para hacer más eficaz el trabajo político-ideológico en su entorno, desterrando esquemas y dogmas, en un escenario marcado por las nuevas formas de gestión no estatal, que involucran a jóvenes.