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SANTIAGO DE CUBA.— Como parte de los aires renovadores que vive esta urbe rumbo al medio milenio de su fundación, y con el objetivo de incorporar a todas las fuerzas posibles en la recuperación de locales del centro histórico en desuso, se abre la posibilidad del arrendamiento a particulares a partir de la rehabilitación por estos del inmueble.
Explica la máster Gisela Mayo Gómez, directora del Plan Maestro de la Oficina del Conservador, con sede en la Maqueta de la Ciudad, que partiendo de experiencias exitosas en otras provincias, y del interés de varios cuentapropistas, se ha creado un banco de datos con los locales disponibles en el centro histórico, ya sean antiguos almacenes o talleres, solares en ruinas o inmuebles que han sido cedidos por varias empresas a partir de movimientos internos de unificación o reubicación.
Como condición previa al proceso de alquiler, el interesado debe exponer ante una comisión creada al efecto en el Gobierno provincial las potencialidades de su proyecto, que luego será evaluado y aprobado por el Consejo de Administración. Esta instancia, a su vez, validará el traspaso del local de la entidad a la que pertenecía a una empresa comercial de la Oficina del Conservador de la Ciudad u otro ente implicado, para que actúen como sujetos arrendatarios.
La ejecución del proyecto arquitectónico debe estar en armonía con el entorno de la parte más antigua de la urbe, Patrimonio Nacional desde 1978, por lo que debe cumplir las regulaciones urbanísticas recogidas en la Ley No. 2 de Monumentos Nacionales y Locales.
Concluida la recuperación del inmueble, se inicia el proceso de arrendamiento, cuya cuota se decidirá entre la empresa y el cliente, aunque este último contará con facilidades para recuperar la inversión realizada en uno o dos años, de acuerdo con el costo del local.
Ya se han entregado varios locales para iniciativas novedosas. Aunque la mayoría de estas tienen incorporados servicios gastronómicos, constituyen proyectos comunitarios o culturales que están en concordancia con el objetivo de dinamizar la vida de esta parte de la ciudad mediante la oferta de servicios en diferentes horarios, refiere Mayo Gómez.
El centro histórico santiaguero cuenta con un patrimonio arquitectónico edificado de más de 9 000 inmuebles de uso estatal o residencial, diseminados en un espacio de 3,2 kilómetros cuadrados.
