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VARADERO, Matanzas.— Estudios de imágenes radiológicas del cerebro a distintas edades, en las que se ha visto cómo madura ese órgano, muestran cómo se crea primero una gran profusión de materia gris que después se especializa, y luego se recubre de la sustancia blanca de mielina.
El proceso ocurre de atrás hacia adelante, lo que explica la impulsividad de los adolescentes, porque la parte delantera, la frontal, es donde se piensan y se toman las decisiones.
La explicación la ofreció a este diario el profesor norteamericano de Pediatría de la Universidad George Washington, Tomás Silber, quien asistió al V Congreso latinoamericano de niñez, adolescencia y familia Adoleca 2013, y al III Congreso cubano y caribeño de salud integral en la adolescencia, que concluyeron este viernes aquí.
«La adolescencia es una edad complicada, pues es cuando se adoptan las costumbres que alarman a los adultos: se empieza a fumar, a beber, se inician las relaciones sexuales sin protección, se marca la obesidad, y hay estudios que muestran que si logramos proteger a los adolescentes de esos males, el riesgo de que sean adultos con problemas disminuye de manera increíble», subrayó el especialista.
«Me encanta trabajar con los adolescentes», precisó Silber, quien consideró que el cerebro madura entre los 25 y 28 años. «Intelectualmente los adolescentes maduran bien temprano. A los 12 o 14 años la mayoría puede tomar decisiones con respecto a su atención médica; sin embargo, el asunto es la inteligencia emocional, saber regular los impulsos».
Silber agregó que los psicólogos afirman que hay dos sistemas del cerebro que funcionan en los adolescentes: cognición fría y caliente. «La fría es cuando toman decisiones lógicas, cuando se estudia o se juega ajedrez, cuando se está tranquilo y se tiene tiempo para pensar las cosas. La caliente es cuando hacen cosas en medio de una emoción profunda».
El médico insiste en que a los adolescentes hay que ayudarlos a que aprendan a transformar su cognición caliente en fría.
