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SANCTI SPÍRITUS.— La primera etapa de pruebas del proceso industrial para obtener cemento ecológico, propuesto por un grupo de investigadores de la Universidad Central Martha Abreu de Las Villas, se inició en la fábrica cementera Siguaney con la calcinación del metacaolín.
El Doctor en Ciencias José Fernando Martirena Hernández, director del Centro de Investigaciones y Desarrollo de Estructuras y Materiales (Cidem), gestor del proyecto, argumentó que este novedoso proceso sustituye parcialmente el clínquer —responsable del 60 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono en la producción del cemento y de cerca del 70 por ciento de su costo— por una mezcla de metacaolín y carbonato de calcio.
En los cementos convencionales no puede suplirse más del 30 por ciento del clínquer, porque pierden la resistencia. Con esta nueva química se puede sustituir hasta un 60 por ciento del mineral sin que disminuya la calidad del producto.
En el mes de abril se producirán en Siguaney unas 240 toneladas de cemento ecológico. Según Martirena, con estas se procurará seguir la norma cubana para lograr extender después la producción y comercialización.
En el segundo semestre de 2014 se prevé que la cementera espirituana produzca la mitad de las 300 000 toneladas de su plan anual con características ecológicas. Se calcula que este cemento reduce el costo de producción en un 28 por ciento, lo que significa que Siguaney disminuirá 32 dólares en cada tonelada producida, agregó el especialista.
La cercanía de la fábrica a los mayores yacimientos de caolín del país la posicionaron como la indicada para el experimento, que de manera paulatina se irá extendiendo a otras cementeras cubanas.
En estrecha colaboración con el Gobierno suizo, esta tecnología —en fase de escalado para la industria hace dos años— se transferirá hacia altos productores de cemento en el mundo, como la India, China y Brasil, precisó el investigador.
