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Una provincia «tomada» por los jóvenes

Disciplina, solidaridad y mucho trabajo caracterizan los días de quienes integran la Columna Aniversario 60 de los ataques a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, que labora en Guantánamo

Autor:

Arlin Alberty Loforte

GUANTÁNAMO.— Te los puedes encontrar en cualquier parte de la ciudad confundiéndose entre la gente con su pulóver azul o rojo como la gorra. Fueron convocados por la Unión de Jóvenes Comunistas e inmediatamente dieron muestras de que por su sangre corre la solidaridad, esa del cubano que comparte su pan y hasta el esfuerzo mismo.

Entre los cien muchachos de la Columna Aniversario 60 de los ataques a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, 40 vienen desde Granma y 46 de Las Tunas, y aquí se les sumaron 14 guantanameros.

«El saneamiento ambiental y las medidas para garantizar la higiene en los hogares están entre las principales acciones que realizamos, como también pretendemos desterrar al Aedes aegypti y hacemos la pesquisa de los casos febriles», precisó Manuel Valera Escalona, vicepresidente a nivel nacional de la Organización de Pioneros José Martí, ahora al frente de la Columna en Guantánamo.

La disposición de estas muchachas y muchachos no se hizo esperar. En menos de 72 horas estuvieron listos. «Son muy responsables y eso no lo decimos nosotros, lo dice la gente en el barrio donde trabajan, además de que la calidad de lo que hacen habla de su exigencia en el trabajo», añadió Valera Escalona.

«Desde que llegamos hemos aprendido mucho de la cultura, las tradiciones y el desarrollo socioeconómico de esta provincia, de su historia, que es muy rica; y de su gente, que nos recibe en sus casas y agradece con sinceridad nuestra presencia aquí», comentó el dirigente de los Pioneros.

Una guerrillera de San Antonio

Se llama Tania Céspedes Céspedes, y no la abandona el ejemplo de  quien escogiera ese mismo nombre para lanzarse a luchar en las cordilleras bolivianas. Esta joven de ojos verdes y sonrisa tímida nació en San Antonio, un poblado del municipio de Jesús Menéndez, en Las Tunas, y hoy supervisa el trabajo de los fumigadores durante las labores del tratamiento adulticida en el sur de la ciudad de Guantánamo.

Tiene 26 años y es licenciada en Enfermería de un hospital rural de su localidad: «Trabajar en Salud Pública me obliga a ser más exigente con el mantenimiento de la higiene, por eso en mi visita a las viviendas siempre converso con los moradores sobre la importancia que tiene cumplir las normas sanitarias para no enfermarse», aseguró Tania.

Ella es una de las nueve muchachas que integran la Columna: «En las casas siempre nos reciben con amabilidad y nos ayudan en todo lo que sea posible. Guantánamo es una ciudad linda, me ha gustado mucho estar aquí, y más con una responsabilidad tan grande como contribuir a mantener la salud del pueblo», agregó mientras, en compañía de la doctora y la enfermera de la familia, se prepara para tocar una nueva puerta.

Los tres de Bayamo

A tres bayameses encontré en el barrio Norte de la capital provincial inspeccionando las viviendas, apoyando en las labores de higienización, dando charlas educativas y complementando el trabajo de la campaña contra el Aedes aegypti.

«Luego del paso de Sandy solo tuvieron que convocarnos», así comenzó la conversación con Yordanis Charchaval de la Rosa, Michel Tejeda Piñeiro y Yuniel Hidalgo López, de 27, 26 y 25 años, respectivamente.

Para estos jóvenes las palabras de orden son trabajo, disciplina y unidad, de ahí que estén dispuestos a permanecer en Guantánamo todo el tiempo que sea necesario.

Ancianos que viven solos, enfermos mentales y discapacitados, están entre las personas que cuentan con su colaboración. «En las casas donde vive alguien con algún impedimento, ayudamos a higienizar los patios y mantener bien tapados los depósitos, así como hacemos un autofocal con calidad», comentó Yordanis, el líder de este trío.

«El guantanamero es jovial y servicial, por lo que la relación con nosotros fluye muy bien y nos acogen con agrado, y siempre están atentos a las orientaciones que les damos», siguió Michel, secundado por Yuniel, quien además reconoció en Guantánamo a una ciudad hermosa.

Estos jóvenes saben que de la calidad del trabajo que ellos realicen depende en gran medida que disminuyan los índices de infestación por el mosquito Aedes aegypti aquí, así como que no proliferen las infecciones diarreicas y respiratorias agudas, entre otras enfermedades.

Así las calles guantanameras se contagian de juventud y solidaridad, y a las enfermedades se les corta el paso con la responsabilidad y la percepción del riesgo.

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