Aunque muchos locales sufrieron afectaciones severas, el espíritu es restablecer los servicios y devolverles paulatinamente su calidad. En la imagen, vecinos del poblado Dos Caminos, en el municipio santiaguero de San Luis, se abastecen de alimentos tras el paso del huracán Sandy. Autor: Amauris Betancourt Publicado: 21/09/2017 | 05:26 pm
SANTIAGO DE CUBA.— Una de las prioridades del Consejo de Defensa Provincial antes, durante y después del paso de Sandy por esta provincia, ha sido la producción y distribución de alimentos en todos los municipios de la provincia.
«Desde que se decretó la fase informativa se organizó la distribución de alimentos. Cuando Sandy nos impactó nos propusimos recuperar el abastecimiento alimentario y la producción, que es primordial en momentos como este», expresó Yasel Barrera Fayad, director general del Grupo Empresarial de Comercio en Santiago de Cuba.
En la actualidad 186 bodegas del territorio están reubicadas en casas de familia o centros laborales, porque fueron totalmente destruidas por el ciclón; desde esos locales habilitados se está completando la entrega de la canasta familiar normada.
De las 400 toneladas de alimentos previstas para el territorio, ya llegaron más de 300 y se han distribuido 170 hasta este momento, por lo que en tres días debe completarse la distribución de productos de la canasta básica.
«Toda la comida que tuvo un nivel de afectación, pero que no estaba perdida, se autorizó a bajarle el precio y vendérsela a la población», especificó Barrera Fayad.
La dirección del país también destinó un nivel de carne en conserva que ya se está distribuyendo en toda la provincia. Igualmente se está elaborando con leña más de un millón de raciones diarias de alimentos, como arroz y granos, ya que más de 400 unidades del sector de la gastronomía tuvieron afectaciones estructurales y en los elementos de cocción.
También prestan servicio 11 unidades de la gastronomía en la cabecera provincial y se restablecen las de Segundo Frente, que cuenta —casi en su totalidad— con servicio eléctrico. Los restaurantes con condiciones y los 27 centros de elaboración, producen de forma intensiva.
El directivo especificó que «para la distribución y venta de estos productos aprovechan el sistema de carpas
que tradicionalmente laboraban en las Noches Santiagueras —proyecto recreativo que se desarrollaba en el territorio—, y así se abastecen también los 29 consejos populares de la ciudad, sobre todo en las zonas que fueron más afectadas.
Yasel Barrera precisó que «donde tenemos refrigeración o buenas condiciones de almacenamiento es a donde hemos dirigido los abastecimientos de los productos cárnicos; los productos secos sí llegan a un número más grande de bodegas».
«Aunque hemos llegado a la población de una forma u otra —dijo— esto no quiere decir que estamos satisfechos; la demanda es grande y atravesamos una situación excepcional».
El Director del Grupo Empresarial de Comercio sostuvo que el destino de los alimentos que se reciben como ayuda del exterior lo decide el Consejo de Defensa Provincial, y se priorizan los sectores más vulnerables de la población.
Sobre los precios aclaró que una vez que se pasa a la etapa recuperativa cobran vigencia los establecidos. «La política económica y social del país plantea no subsidiar productos, sino a personas que por su situación son ayudadas por el Estado».
No descansa la industria alimentaria
También se recupera la producción local de pan y galletas, muy demandados, mientras de otras provincias también ha llegado el apoyo con envíos de estos productos, y los directivos de Comercio Interior proyectan aumentar los puntos de venta para que lleguen a más personas.
De las 198 panaderías de Santiago de Cuba quedaron totalmente sin techo 122. «Después del paso del ciclón nos pusimos a trabajar donde había grupos electrógenos, y en este momento la provincia tiene trabajando 38 panaderías reincorporadas a la red eléctrica nacional y 67 con grupos electrógenos. En la medida en que se resuelvan los problemas estructurales y de electricidad volveremos a los índices de producción habituales», precisó Félix Blanco Trujillo, director provincial de la Industria Alimentaria.
La entrega de los trabajadores de este sector permitió que las 1 666 000 unidades de pan que consume la provincia lleguen a la población desde el 31 de octubre.
«En coordinación con el Ministerio de la Industria Alimentaria ha llegado el apoyo de provincias como Ciego de Ávila y Villa Clara, con el traslado de galletas, panqué y otras producciones de repostería. También desde Guantánamo recibimos alrededor de 55 000 panes diariamente», puntualizó Blanco Trujillo.
De las cuatro fábricas de galletas que tiene la provincia, tres fueron afectadas, y la de Santiago fue la más dañada. Con el total restablecimiento de la fábrica de San Luis y con la incorporación de la del municipio cabecera, la producción diaria, que se comporta en unas 9,8 toneladas de galletas, debe alcanzar la cifra óptima, que es de 11,5 toneladas.
Pero la elaboración de dulces es un poco más compleja por las características de estas producciones, sobre todo en lo relativo a las medidas higiénico-sanitarias. La Industria del dulce —a medida en que se vaya restableciendo la electricidad— ofertará nuevos surtidos, pero bajo la condición de trabajar repostería seca: panecillos, panqué, mantecado y otros dulces que no tengan merengue.
«También sufrimos —subrayó— afectaciones en las tres fábricas de fideos; hoy solo funciona la de Palma Soriano, que cuenta con un grupo electrógeno; y las fábricas de hielo están paralizadas por problemas en el sistema eléctrico o por roturas en las torres de enfriamiento».
Las siete microindustrias con que cuenta la provincia están afectadas por falta de electricidad, aunque están funcionando momentáneamente con cocinas de leña para aprovechar la fruta.