SANTA CLARA, Villa Clara.— ¿A dónde fueron a parar los poco más de 2 600 000 litros de leche que dejaron de entregar los productores villaclareños a la industria desde enero hasta agosto último?
Los caminos que tomaron pueden ser disímiles, pero la causa primordial estuvo en un mal trabajo en la contratación y en la exigencia para su cumplimiento. A esa conclusión se llegó aquí durante un análisis sobre los resultados de un control en los 13 municipios, que reveló debilidades que se mueven entre la tolerancia y lo increíble.
Una considerable reserva de ese producto, que debe ser entregada a la industria, fue a parar a otros destinos, en detrimento de la economía del país, la cual tiene que incurrir en gastos adicionales para suplir el déficit con leche en polvo.
En este territorio, uno de los mayores productores de leche del país, el 54 por ciento de las formas productivas incumplen, en lo que va del actual año, lo acordado con la industria. Las vaquerías estatales solo llegaron al 53 por ciento, las unidades básicas de producción cooperativa al 47, las cooperativas de producción agropecuaria solo alcanzaron un 52 y las de crédito y servicios el 56 por ciento.
Un breve muestrario de las causas más comunes que originaron ese desenlace, presentado por la Dirección de la Agricultura en la provincia, describe que hubo una deficiente contratación de las formas productivas con los productores. Además de que tampoco se analiza con profundidad a los incumplidores en las juntas directivas de las asambleas de asociados.
Igualmente hay direcciones de formas productivas que carecen de condiciones para enfrentar la tarea, y existen problemas para el acarreo y acopio del preciado alimento e insuficiente atención y control al productor primario por parte de la cooperativa y de las empresas que la atienden.
El informe revela que faltó el completamiento de la base alimentaria y de abasto de agua a los animales; también existen campesinos con los cuales nunca realizaron la contratación, productores que desconocían su plan de entrega y hasta quienes tampoco acordaron ventas en los cinco primeros meses del año.
Los productores manifestaron su insatisfacción con la toma de la muestra de leche colectiva para el pago, ya que todos no tienen las mismas condiciones para realizar el ordeño y las mayores afectaciones que se están presentando son con la reductasa, una sustancia utilizada para determinar la calidad de la leche.
La situación que daña el acopio afloró en la alta incidencia de termos rotos, principalmente por máquinas y removedores quemados y sin solución de repuestos ni alambre para enrollar las unidades quemadas.
De lo expuesto se desprende el deficiente trabajo de quienes controlan en los municipios la producción lechera y de los que ejercen el control sobre estos.
En el análisis participaron los secretarios del Partido y presidentes del Gobierno en los municipios, el personal de la Agricultura involucrado en las distintas instancias en esa tarea y presidentes de cooperativas.
Julio Lima Corzo, primer secretario del Partido en Villa Clara, calificó como reiterativas las causas del mal, lo que refleja cómo todavía no se acaba de lograr un buen trabajo en la contratación y su control.
Lima Corzo también subrayó la responsabilidad que tenía en esta situación la Dirección de la Agricultura, y enfatizó que no se puede permitir que sigan ocurriendo esas deficiencias, así como el incumplimiento de las producciones acordadas con el Estado.