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ENCRUCIJADA, Villa Clara.— Los presentes se conmovieron al escuchar la víspera, a través de una grabación, aquella voz potente y viril de Jesús Menéndez Larrondo, que se adueñó de la Finca la Palma, adonde su pueblo vino a rendirle homenaje en el centenario de su natalicio.
Fue un instante emocionante oír retumbar su verbo diáfano, preciso y enardecedor contra los desmanes de aquella época, a unos metros de su casa natal, desde donde partió para consagrarse a la causa de la clase obrera.
Pasajes de su breve pero fructífera trayectoria revolucionaria evocó Salvador Valdés Mesa, secretario general de la CTC, al hablar en el acto político cultural.
Enfatizó que, en el centenario de su nacimiento, al General de las Cañas lo recordamos haciendo nuestras sus enseñanzas y ejemplo. Se refirió también a su estirpe de hombre aglutinador, a su honradez y decoro, a su modestia y firmeza ideológica.
Valdés Mesa, también miembro del Buró Político, destacó la trascendencia del legado de Jesús Menéndez, el líder de los trabajadores azucareros cubanos, a quien calificó como otro gigante del sindicalismo cubano, siempre presto a defender a la clase obrera.
Precisó entre sus méritos, que fuera capaz de avizorar la trascendencia de la unidad de las organizaciones sindicales.
Se refirió además a que fue en el propio central Constancia, hoy Abel Santamaría, en este municipio, donde empezó a formarse como líder sindical y a cómo, a los 20 años, ingresó en el Partido Comunista.
A partir de aquel momento fue mayor su entrega a favor de los humildes, hasta que a los 36 años resultó vilmente asesinado en Manzanillo, el 22 de enero de 1948, por el capitán Joaquín Casillas Lumpuy.
Valdés Mesa, acompañado de Julio Lima Corzo, primer secretario del Partido en Villa Clara, canceló un sello con motivo del centenario de Jesús Menéndez.
Asistieron al homenaje, además, Jorgelina Pestana Mederos, presidenta del Poder Popular en la provincia; dirigentes del Partido, de la CTC, familiares y amigos de Jesús Menéndez.
