Aunque no inusual, sí es curioso. Mientras la tormenta tropical Tomás amenaza al oriente cubano obligando a sacar las capas y sombrillas, en los territorios occidentales comienzan a desempolvarse colchas y abrigos ante la llegada de un nuevo frente frío.
Lluvias intensas y fuertes vientos indicaban desde la tarde-noche del jueves la inminente presencia de Tomás en el oriente del país, una tormenta tropical, la decimosegunda de la actual temporada en el Atlántico, que desde horas de la noche de ayer mostró un núcleo de nubosidad bien organizado que afectará fundamentalmente a las provincias de Guantánamo, Santiago de Cuba y Holguín.
Tomás, un ciclón errático que se formó en el Caribe oriental, giró en las últimas horas su rumbo más al norte nordeste, con una velocidad de traslación de 12 kilómetros por hora, para encaminarse, indeciso, a pasar en un área que puede ir desde Haití hasta cruzar por encima del territorio santiaguero y guantanamero.
Con vientos máximos sostenidos de 95 kilómetros por hora, con rachas superiores, desde este viernes se sentirán fuertes marejadas con inundaciones costeras en zonas de la costa sur oriental, aunque paradójicamente también del mar deberán cuidarse los habitantes de la costa norte de las provincias occidentales, desde Pinar del Río hasta Matanzas, pero esta vez por cuenta del refrescante frente frío.