CIEGO DE ÁVILA.— La ciudad de Ciego de Ávila es hoy la capital del bonsái cubano con la celebración aquí de la Convención Nacional de este arte, uno de los misterios más atrayentes de la cultura asiática.
Dimitri Gómez González, presidente del encuentro, informó que no menos de 40 cultivadores de todo el país participan en este cónclave, el cual posee carácter competitivo y teórico y que finalizará el próximo 27 de septiembre.
Además de los talleres, demostraciones y conferencias, la Convención, que ahora celebra su décimo aniversario, contará con una exposición en la cual se competirá en las categorías de mini bonsái, pequeño bonsái, bonsái y gran bonsái.
También se incursionará en el suiseki, arte asociado al cultivo de esta modalidad, consistente en conformar animales y montañas a partir de rocas, el cual tuvo su origen en la práctica de los monjes budistas.
En la actualidad en Cuba existen unas 300 personas dedicadas al bonsái, una práctica oriunda de China y perfeccionada en Japón, que consiste en cultivar árboles y plantas reduciendo su tamaño a través de diversas técnicas hasta reproducir una imagen de la naturaleza.
De acuerdo con Dimitri Gómez González, lograr un bonsái puede costar hasta cinco años, tiempo en el que se debe desarrollar una espiritualidad conformada por valores como el optimismo, la perseverancia y la comprensión.
Este arte se practica en casi todo el mundo y se aprecia en colecciones permanentes, como es el caso del Jardín Botánico de la ciudad de Brisbane, en Australia, donde se exhiben bonsáis con 80 años de antigüedad.