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NUEVA GERONA, Isla de la Juventud.— Con ocho medallas de oro, cuatro de plata, cinco de bronce y una diferencia de 0,5 décimas del primer lugar, la tropa de pioneros exploradores de la Isla de la Juventud se ubicó segunda, detrás de Sancti Spíritus, en la XXXII Competencia Nacional en la especialidad de Terrestres, realizada en Ciego de Ávila.
Pedro Lázaro González, instructor principal desde 1989 y merecedor del Carné de Honor que otorga el Movimiento a los técnicos distinguidos subrayó que el poco tiempo para entrenar tensó a los pioneros.
«Cuando nos avisaron quedaban solo 15 días para limar detalles; algunos padres planificaron vacaciones sin contar con el evento y fue difícil convencerlos, pero todos regresaron y aceleramos el paso. Ahí están los resultados, un segundo lugar por casi nada, porque siempre estuvimos entre los primeros lugares durante la competencia y al final caímos con las botas puestas».
Entre los favoritos, por su tradición en estas disputas, figuran los equipos de Santiago de Cuba, Sancti Spíritus y la Isla de la Juventud, este último entre los tres primeros lugares en las últimas 25 ediciones.
Por trigésimo segunda ocasión, niños de todo el país hicieron gala de sus habilidades y compitieron por el cetro en las modalidades de pistas y señales, primeros auxilios, nudos prácticos, queme de soga, croquis, utilidad de los nudos, tiro con arco en las variantes de distancia, precisión y precisión con distancia, observación y descripción de la naturaleza (identificar, cuantificar, describir y decir para qué sirve una planta en aproximadamente una hectárea de bosque).
Entre los 16 pioneros que representaron a la Isla de la Juventud resultaron destacadas las actuaciones de Leandro Domínguez Leyva, el más útil de la competencia, y de Azalia López para la tropa local, además de Mailín González, Daniel Espinosa y Carlos Ávalos, todos de la enseñanza primaria, quienes también ganaron la emulación del Movimiento durante el evento.
Para Yaquelín Leyva Abreu, madre de Leandro, es una garantía tener a su hijo en el movimiento, porque «los prepara mejor para la vida... Me sentí muy orgullosa cuando conocí la noticia, la gente en el barrio me gritaba ¡Oye, llegó tu campeón! Y eso me hace muy feliz».
También comparte ese sentir Marlén García, mamá de otra campeona. «Desde que es exploradora es más independiente. Agradezco mucho a la dirección del campamento por la labor que hacen con los niños y la manera en que los cuidan; cada vez que sale me preocupo como madre y al mismo tiempo estoy tranquila, porque sé que está bien protegida».
El movimiento de pioneros exploradores —comenta ahora Pedro Lázaro— hace más integrales a los niños, arraiga los valores y fomenta la colectividad, porque los ayuda a «dejar atrás la insuficiencias que traen de la educación en casa y aprenden a compartir, a conocer la naturaleza y a prepararse para la vida».
