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Durante el IV Coloquio sobre el pensamiento de ambos próceres se develó un busto del Apóstol
El Medallón Honorífico Bolívar-Martí fue entregado a la diputada María de Queipo, presidenta de la Comisión de Educación, Cultura, Deporte y Recreación de la Asamblea Nacional de Venezuela, y a Armando Hart, director de la Oficina del Programa Martiano.
También recibieron ese lauro —que otorga la Ruta Cultural Bolivariana y Martiana Latinoamericana y Caribeña de la República Bolivariana de Venezuela— los venezolanos Carlos Servando, fundador de la Casa Simón Bolívar de La Habana, y Osmel Ramos, alcalde de Puerto Cabello; así como los investigadores cubanos Ana Sánchez Collazo y Pedro Pablo Rodríguez.
El pensamiento de Simón Bolívar y José Martí, desde la mirada de especialistas cubanos y venezolanos, conformó el programa del IV Coloquio que sobre el tema se realizó en el Centro de Estudios Martianos, que forma parte de los convenios del ALBA.
En una intervención especial, el doctor Cintio Vitier, presidente de Honor del Centro de Estudios Martianos, destacó cuánto influyeron en la obra de nuestro Héroe Nacional su estancia en Venezuela y el pensamiento de Bolívar.
Desde que toca la tierra de El Libertador, dijo, su palabra está presta a recibir la mirada transmutadora latinoamericana, que cien años después se convertirá en una cultura para la Revolución Cubana.
En la jornada, que coincidió con el aniversario 113 de la caída en combate de Martí, fue develado un busto fundido en bronce del Apóstol, realizado por el escultor venezolano Julio César Briceño.
«Lo titulé Vientos de libertad, y trato de expresar en él un punto de encuentro, que sea signo de enlace y testigo del proceso espontáneo del desarrollo del pensamiento martiano».
La doctora Ana Sánchez Collazo, directora del Centro de Estudios Martianos, significó que esa escultura materializa la hermosa solidaridad entre dos pueblos.
«Nos permite pensar en los vientos de libertad que andan por las tierras de nuestra América. De sus pueblos, que dan soluciones endógenas a sus problemas, y demuestran con valentía que no son más el traspatio yanqui».
