Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Nueva misión de los Trabajadores Sociales cubanos

Autor:

Marianela Martín González

Una nueva misión de los trabajadores sociales se ha convertido en piedra en el zapato para quienes sacan provecho del desorden y la indisciplina en terminales y ómnibus. Sin embargo, la población sí lo agradece

Aunque algunos prefieren las Yutong sin la presencia de los trabajadores sociales, y aleguen que ocupan un asiento que pudiera venderse, la mayoría coincide en que con su labor a bordo de los ómnibus interprovinciales el trato a los pasajeros se enrumba a mejores destinos, y el desorden que reinaba en las terminales tiende a desaparecer.

Quienes los quieren a años luz de las referidas guaguas son regularmente violadores de las reglas establecidas, entre ellos choferes de escasa profesionalidad, pasajeros indisciplinados y revendedores de pasajes.

Desde que asumieron esta difícil misión, hace casi tres meses, el cobro indebido en tramos extraoficiales y la venta de turnos en la lista de espera, comenzaron a ser excepciones, que al ser detectadas por estos jóvenes no tienen por aliada la indiferencia, según refirieron en el balance que realizaron por estos días.

 «Ellos son una buena contraparte que debemos apoyar, como lo hemos hecho en otras batallas por la eficiencia», remarcó Flavio Aguilar, vicedirector general de Astro.  «Nos hemos tropezado con situaciones muy difíciles, originadas principalmente por la falta de exigencia y organización en las terminales», asegura Manuel Diéguez Pérez. «Hemos detectado todas las manifestaciones de indisciplina de las que teníamos referencia al iniciar esta misión. Con valentía las hemos combatido, porque sabemos que ayudamos a las personas más humildes del pueblo, que son las que dependen mayormente del transporte interprovincial», expresó José Luis Rodríguez, uno de estos muchachos.

«Como todo lo nuevo es perfectible, debemos mejorar la manera en que reflejamos las incidencias. Muchas veces, por no conocer los tramos, cometemos errores en los informes. Lo peor es que, por esa misma causa, no podemos orientar al pasajero correctamente cuando nos pregunta por dónde vamos.

«En estos escasos meses hemos tenido que luchar contra muchas tendencias que ya eran prácticamente vicios en el transporte interprovincial. Por supuesto que no hemos sido vistos con buenos ojos por quienes vivían de las necesidades del transporte, entre ellos funcionarios corruptos y conductores que se creían que eran dueños de las guaguas», reconoció.

Samuel Sánchez, otro integrante de la tropa, estima que esta tarea los acerca a mucha gente agradecida que necesita ese tipo de transporte para asistir al médico o visitar a sus familiares.

Reconoce que en la mayoría de los viajes se dan situaciones en las cuales tiene que volcar todo el humanismo que debe distinguir a los trabajadores sociales y es sello distintivo de los cubanos.

«Hay ancianos que viajan solos a los hospitales de la capital, y somos nosotros los que los ayudamos a subir al ómnibus y bajar de este. También los ubicamos en sus asientos y estamos al tanto del lugar donde tienen que terminar el viaje.

«En una ocasión viajé desde La Habana hasta Holguín con una ancianita que padecía de cáncer. En medio del camino comenzó a sentirse mal y tuve que acompañarla a inyectarse morfina. Ella me colmó de halagos que considero inmerecidos, pues como ser humano ese era un deber, y como trabajador social, una obligación.

«Cuando se calmó me dijo que era maravilloso que nosotros existiéramos, que tenía mucha razón Fidel cuando nos dijo que éramos los médicos del alma».

Samuel considera que las personas están ganando confianza en ellos, cuando viajan. Se les acercan para denunciar la venta ilegal de pasajes y las malas condiciones de algunas terminales, entre otras situaciones.

«Hemos tenido hasta que despachar maletines, porque faltan maleteros en las terminales. En Holguín he presenciado varios arrebatos de equipaje, sobre todo a viejitos que viajan sin acompañantes y se entretienen buscando sus pertenencias, porque no existe un personal que se encargue de entregar personalmente los bultos», acotó.

Benditos Protestones

«Nos hemos tropezado con situaciones muy difíciles, originadas principalmente por la falta de exigencia y organización en las terminales. Por denunciarlas sin pelos en la lengua nos han dicho protestones y otras cosas que no voy a repetir porque son sumamente groseras», declaró el trabajador social Manuel Diéguez Pérez.

«Con esta misión hemos tenido que darle el frente a la población, que se queja con frecuencia del alto precio del pasaje. Ellos consideran que no hay correspondencia entre las tarifas que tienen que pagar y las condiciones pésimas de algunas terminales, donde ni siquiera hay asientos suficientes.

«En la terminal de La Coubre y otras áreas de espera hemos visto a personas sentadas en el piso. Eso además de ser un modo de maltrato a los pasajeros, refleja despreocupación de quienes administran esos lugares. También se ha establecido que para utilizar los baños, aunque estén sucios, tienen que pagar un peso», comentó.

El problema que genera la falta de herramientas en las Yutong para enfrentar averías es otro de los puntos neurálgicos del transporte interprovincial, al decir de Yaser García, quien afirma que por esta razón los pasajeros muchas veces tienen que esperar durante horas la llegada del trasbordo.

«Lo más incoherente en algunas de estas situaciones es que el chofer ha tenido la pieza y el conocimiento para enmendar la falla, pero por falta de herramientas se ha visto obligado a detener el ómnibus y esperar por los mecánicos o por un medio trasbordador.

«Cosas como esa deben preverse, porque los pasajeros casi siempre tienen coordinado un transporte para llegar a su destino final o alguna persona para que los reciba en la terminal. Esa situación genera malestar e indisciplinas innecesarias. Se ha dado el caso de que algunos enfermos han perdido su turno médico por llegar atrasados».

Inconformes todavía

Nayiber Febles, responsable de esta tarea, explica que cuentan con tres destacamentos, integrados por seis brigadas, con las cuales cubren 39 rutas con 53 salidas, incluyendo el itinerario del tren 15-16, La Habana-Holguín.

«Asumimos esta responsabilidad el 6 de febrero de este año con un total de 150 trabajadores sociales. En este tiempo algunos no fueron consecuentes con la tarea y los separamos de la misma, pero la mayoría interiorizó esta misión con la seriedad que debe acompañarnos en cada labor.

«Los que cayeron en actos más graves fueron retirados definitivamente de nuestro programa, porque entre nosotros no tienen cabida conductas inconsecuentes con los principios y valores que defendemos.

«Sabemos que los problemas subjetivos enraizados en tantos años de crisis con el transporte no serán resueltos por arte de magia y que su solución depende en gran medida de nuestra exigencia ahora en este frente, y de la capacidad movilizativa de los trabajadores de Astro y otras dependencias del Ministerio de Transporte».

Las mayores dificultades de esta misión, según Nayiber, se concentran en los ómnibus que cubren los tramos del tren 15-16.

La falta de respuesta de los representantes de Ferrocuba ante el cúmulo de incidencias reportadas por los trabajadores sociales complejiza el avance de la tarea.

Astro responde

Flavio Aguilar Fernández, vicedirector general de Astro, explicó en la misma sede de la Escuela de Trabajadores Sociales de Cojímar, donde se realizó el balance de esta labor, que el servicio del tren 15-16 está conformado por ómnibus debido a la situación que hoy presenta el ferrocarril.

«Esencialmente hay dificultades con los coches. Por eso brindamos un servicio con ómnibus bajo el sistema ferroviario. El precio que cobramos es el mismo del servicio de trenes».

Al referirse al deterioro de las terminales, asegura que las pertenecientes a las cabeceras provinciales se están remozando, y que existe un número que ya tiene el confort adecuado.

«Los trabajadores sociales, cuando trasmiten el malestar de la población, se refieren mayormente a las terminales que se encuentran en los municipios pertenecientes a las direcciones provinciales de transporte.

«Estas terminales en su mayoría se subordinan al Poder Popular de cada territorio, y con la introducción de los nuevos ómnibus, que beneficiarán a las provincias y los municipios, las mismas serán objeto de un proceso inversionista que les devolverá una imagen favorable y el confort que requieren los pasajeros.

«Son miles de millones de dólares los que han costado estas guaguas. No obstante, ya se están viendo los efectos de las inversiones en las terminales donde se han recibido ómnibus nuevos. Se seguirá trabajando hasta acercarnos a lo que realmente requiere la población».

Aguilar aclara que en el caso de La Coubre ha existido un deterioro del mobiliario debido a la indisciplina social y a la falta de exigencia de los trabajadores de esta entidad.

Al referirse a los jóvenes que viajan a bordo de sus guaguas, los valoró de muy valientes y confió en que con su colaboración podrá mejorarse el servicio.

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