Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

¡Novecientos trece mensajes en 30 días! Vaya, si no rompimos un récord, resonará este average. No porque nos interesen únicamente los números, sino porque es bueno imponerse tareas en el reino de esta Cuba perfectible que nos ha tocado. Y también porque la juventud, como enseña José Ingenieros, no es una cualidad solo biológica, sino, ante todo, un sentido de creación perpetua.

Han sido 30 días para pensar y reír, sufrir y empeñarse por lo que nos falta. Para desbrozar esquemas y edificar desde la comprometida irreverencia. Si en cada esfuerzo aprendimos; si trascendimos las consignas para renovar en palabra y sudor la lucidez cotidiana, entonces perdurará algo, que ya es decir mucho.

Entre tanto, comienzan a verse las infinitas oportunidades en los más pequeños espacios. Hemos sido cómplices e impulsores de loables locuras y energía de inicios. Nos unimos a los trabajadores sociales de Chambas; marchamos con los jóvenes tuneros; llegamos hasta una Escuela de Instructores de Arte en Holguín y al Comité de la Pesca en la Isla de la Juventud.

Nos reímos con los pioneros cienfuegueros y tratamos de ser mejores junto a los médicos del hospital Brasil en Esmeralda. Sí, también aprendimos informática en el IPI de Calimete y subimos junto a los oficiales villaclareños el Pico Turquino.

En la Dirección de Justicia de Imías hemos sido consecuentes y en el Consejo Popular Pablo de la Torriente, de Bahía Honda redoblamos la chispa. Taguasco, Quivicán y San Miguel del Padrón se unieron a nosotros y al rebelde Santiago en esta aventura.

Cada uno, con sus «cadaunadas», como diría un maestro periodista. Cada uno con todos, para llegar, haciendo camino, a la quimera posible.

Tú subías desde el Cono Sur/ y venías desde antes, con el amor al mundo bien adentro./ Fue una estrella quien te puso aquí/ y te hizo de este pueblo./ De gratitud nacieron muchos hombres/ que igual que tú,/ no querían que te fueras/ y son otros desde entonces.

Después de tanto tiempo y tanta tempestad/ seguimos para siempre este camino largo, largo/ por donde tú vas, por donde tú vas./ El fin de siglo anuncia una vieja verdad,los buenos y los malos tiempos hacen una parte/ de la realidad, de la realidad. (Bis)

Yo sabía bien que ibas a volver,/ que ibas a volver de cualquier lugar,/ porque el dolor no ha matado a la utopía, porque el amor es eterno/ y la gente que te ama no te olvida./ Tú sabías bien desde aquella vez/ que ibas a crecer, que ibas a quedar,/ porque la fe clara limpia las heridas,/ porque tu espíritu es humilde/ y reencarnas en los pobres y en sus vidas. Son los sueños todavía/ los que tiran de la gente,/ como un imán que los une cada día./ No se trata de molinos, no se trata de un Quijote,/ algo se templa en el alma de los hombres,/ una virtud que se eleva por encima de los títulos y nombres. (Gerardo Alfonso)