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CAMAGÜEY.— El parque de molinos de viento suma ya 2 500 unidades en esta provincia, de estas 2 275 ubicadas en áreas pecuarias, donde la combinación del consumo de agua con pasto y alimentos suplementarios, más un buen manejo de los animales, contribuyen a estabilizar la producción pecuaria, muy importante en esta región, eminentemente ganadera.
En el territorio se recuperaron 843 molinos de viento y se instalaron 455 en los últimos años, según informó la comisión provincial del Foro de Ciencia y Técnica, encargada de promover iniciativas para innovar, racionalizar y elevar la eficiencia y el ahorro de portadores energéticos.
La utilización de esta antigua tecnología para la extracción de agua aumentó, lo que reafirma las ventajas de emplear energía renovable en momentos en que se agotan en el mundo las reservas de combustibles fósiles.
En su libro El Camino del Sol, el italiano Enrico Turrini, autor de muchos textos y artículos sobre las fuentes renovables de energía, apunta que en las civilizaciones griega y romana, y luego en el medioevo, los molinos de viento estaban difundidos ya en gran parte de Europa.
A juicio suyo, en la actualidad los que apoyan el uso de fuentes renovables tratan de darle un nuevo impulso a esta energía indirecta, extremadamente prometedora, más aún en el mundo contemporáneo, donde las fuentes de energía que subsisten a la explotación y agresión de los seres humanos se agotan muy rápidamente, sin tiempo para renovarse.
